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Francesco Redi (Arezzo, Italia, 1626 – Pisa, Italia, 1697) fue médico, naturalista y poeta. Junto a Galileo Galilei, Redi fue uno de los científicos mas importantes que cuestionaron el abordaje tradicional de los estudios científicos de Aristóteles. Demostró que los seres vivos no nacen por generación espontánea, por lo que se considera el fundador de la helmintología (estudió de los gusanos). Se hizo famoso gracias a sus experimentos con los que refutó la idea popular de la generación espontánea: la creencia de que los organismos vivos pueden surgir de la materia inerte. Por sus trabajos científicos se le considera el padre de la parasitología moderna y el fundador de la biología experimental.
Los aportes científicos de Francesco Redi
Las víboras
Francesco Redi estudió a las serpientes venenosas para descalificar diversos mitos populares. Demostró que no es cierto que las víboras beban vino, que tomar veneno de serpientes sea tóxico o que el veneno se produzca en la vesícula biliar de una serpiente. También descubrió que el veneno no era tóxico a menos que se introdujera directamente en el torrente sanguíneo, y que la evolución del veneno en el paciente podría ser más lenta si se aplicaba una ligadura en la parte afectada. Su trabajo fue muy importante porque sentó las bases científicas de la toxicología.
La generación espontánea
Veamos uno de los experimentos más famosos que Redi desarrolló en el marco de su investigación sobre la generación espontánea. En ese momento se creía en la idea aristotélica de la abiogénesis, que consiste en que los organismos vivos surgían de la materia no viva. Se creía que la carne podrida generaba gusanos espontáneamente con el tiempo.
Sin embargo, Redi había leído un libro de William Harvey sobre la generación espontánea en el que Harvey sostenía que los insectos, gusanos y ranas podrían surgir de huevos o semillas demasiado pequeñas para ser vistas por el ojo humano. Redi diseñó y realizó el famoso experimento en el que se tenían seis frascos, la mitad abiertos al aire libre y la otra mitad cubiertos con una gasa fina que permitía la circulación del aire pero mantenía alejadas a las moscas. Los frascos de cada grupo se llenaron con un objeto no identificado, con pescado muerto y con carne cruda. El resultado fue que el pescado y la carne se pudrieron en ambos grupos de frascos, pero los gusanos solo se formaron en los frascos abiertos al aire. Y los gusanos no se desarrollaron en el frasco con el objeto no identificado.
Redi realizó otros experimentos con gusanos. En uno de ellos colocó moscas o gusanos muertos en frascos sellados que contenían carne y observó que no aparecían gusanos vivos. Sin embargo, cuando colocó moscas vivas en un frasco con carne, aparecieron gusanos. Llegó a la conclusión de que los gusanos provenían de las moscas vivas, no de la carne podrida o de las moscas o gusanos muertos.
Los experimentos con gusanos y moscas fueron muy importantes, no solo porque contradecían la idea dominante en ese momento sobre la generación espontánea, sino también porque utilizó grupos de control, aplicando así el método científico que se protocolizó más adelante para probar una hipótesis.
Parasitología
Redi describió y dibujó más de cien tipos de parásitos como garrapatas, moscas nasales y el parásito del hígado de oveja. Distinguió entre la lombriz de tierra y la lombriz intestinal, ambas considerados helmintos antes de su estudio. También realizó experimentos de quimioterapia en parasitología, los cuales fueron particularmente relevantes, ya que utilizó un control experimental. En 1837, el zoólogo italiano Filippo de Filippi puso el nombre de «redia» al estudio larvario del parásito trematodo en honor a Redi.
Otros aspectos de la vida de Francesco Redi
Francesco Redi también fue poeta. El poema de Redi Baco en la Toscana, publicado después de su muerte, se considera una de las mejores obras literarias del siglo XVII. Enseñó la lengua toscana y apoyó la redacción y publicación de un diccionario toscano. Fue miembro de varias sociedades literarias y publicó otras obras importantes.
Redi fue contemporáneo de Galileo, quien sufrió la persecución de la Iglesia. Aunque los experimentos y las conclusiones de Redi fueron en contra de las creencias de la época, no tuvo el mismo tipo de cuestionamientos que Galileo. Esto pudo deberse a las diferentes personalidades de los dos científicos. Si bien ambos era muy directos y sinceros, Redi nunca contradijo a la Iglesia. En referencia a su trabajo sobre la generación espontánea, Redi llegó a la conclusión, expresada en latín, de que omne vivum ex vivo («toda vida proviene de vida»).
Resulta curioso señalar que, a pesar de sus experimentos, Redi creía que la generación espontánea sí podría darse en algunos casos, como por ejemplo en los gusanos intestinales.
Fuente
Altieri Biagi, Maria Luisa (1968). Lingua e cultura di Francesco Redi, medico. Florencia. L. S. Olschki.Francesco Redi