Tabla de Contenidos
La evolución es una teoría que, basada en un gran número de evidencias, afirma que la Tierra y la vida en ella han cambiado. En consecuencia, en el planeta se encuentran organismos desarrollados a partir de otros, que lograron responder a condiciones ambientales de manera favorable.
Entre las evidencias de la evolución están las que ofrece la anatomía comparada, una disciplina que estudia semejanzas y diferencias entre los organismos, a través del análisis, por ejemplo, de estructuras homólogas y análogas.
Las estructuras homólogas
Las estructuras homólogas son aquellas que comparten el mismo origen evolutivo, pero tienen funciones diferentes. Tal es el caso de los dedos en los anfibios, los reptiles y los mamíferos tetrápodos (es decir, de cuatro patas). En estos animales, aun siendo de clases diferentes, se presentan cinco dedos en la etapa embrionaria. Estos dedos, que pueden cambiar en cantidad y de forma en la vida adulta, cumplen funciones diferentes y se desarrollan en ambientes muy distintos.
Otro caso de homología es el de las extremidades entre mamíferos de diferentes tipos: alas de murciélagos, aletas de delfines y brazos de humanos, por nombrar algunos ejemplos, presentan los mismos huesos ubicados en posiciones similares, siguiendo el mismo patrón.
Tanto los dedos de los tetrápodos como las extremidades de los mamíferos mencionados son homólogas, porque demuestran la presencia de estructuras similares en especies diferentes que no está justificada desde el punto de vista funcional. Según la teoría de la evolución, lo anterior evidencia el origen común de estos animales a partir de un ancestro que tenía cinco dedos o que exhibía la misma estructura ósea.
La hipótesis de un ancestro común puede explicarse a través de un mecanismo llamado evolución divergente. Ocurre cuando una población se separa de la original y es sometida a condiciones diferentes, por lo que desarrolla características particulares para su supervivencia. La migración, la competencia y las mutaciones del ADN pueden contribuir a una evolución divergente de las especies.
Las estructuras análogas
Las estructuras análogas son aquellas que tienen funciones semejantes y se presentan en especies diferentes que no tienen un ancestro común que también las posea. Por ejemplo, los murciélagos, las aves y los insectos voladores tienen alas que cumplen la misma función, pero estos animales no tienen un ancestro común con alas. Los murciélagos son mamíferos y no están relacionados con aves o insectos voladores. De hecho, las aves están más relacionadas con los dinosaurios, que con los insectos o con los mamíferos. A pesar de que los murciélagos, las aves y los insectos voladores se adaptaron al desarrollar alas, estas no indican una relación evolutiva cercana.
Las analogías también se conocen como homoplasias, que pueden ocurrir debido a mecanismos de convergencia, paralelismos y reversiones.
- Las analogías por convergencia ocurren cuando especies diferentes presentan similitudes que surgen a partir de ancestros distintos y lejanos. En estos casos, en especies no relacionadas evolucionan rasgos similares, a pesar de encontrarse en ambientes diversos, pero con presiones de selección parecidas. Un ejemplo de analogía por convergencia es el de los damanes y las marmotas, animales muy parecidos físicamente y que tienen dientes incisivos pronunciados. Sin embargo, los damanes son los parientes vivos más cercanos de los elefantes y no se encuentran evolutivamente emparentados con las marmotas.
- Las analogías por paralelismo ocurren cuando se presentan similitudes que surgen de formas separadas en especies con el mismo ancestro. Por ejemplo, las zarigüeyas de Brasil y los koalas de Australia tienen un antecesor común. Sin embargo, sus semejanzas, como la presencia de una “bolsa” llamada marsupio en la que se desarrollan las crías, fueron adquiridas por separado y como resultado de las características ambientales.
- Las analogías por reversiones ocurren cuando reaparecen características que habían desaparecido. Por ejemplo, en algunas especies de ranas los individuos desarrollan dientes en el maxilar inferior, una característica que era común en los ancestros de las ranas, pero no en las actuales.
En síntesis, si se comparan las estructuras de individuos relacionados se observan muchas semejanzas. Cuando los organismos que las poseen provienen de un ancestro común, reciben el nombre de estructuras homólogas; cuando los organismos que no comparten un ancestro común tienen estructuras similares que cumplen funciones similares, se conocen como estructuras análogas.
Fuentes
Curtis, H., Barnes, N.S., Schnek, A., Massarini, A. Biología. 7ª edición. Editorial Médica Panamericana., Buenos Aires, 2013.