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Hasta el 90 por ciento de la comunicación entre personas es no verbal; es decir, nos comunicamos entre nosotros con más que palabras. También transmitimos mensajes a través de la inflexión de la voz, la expresión facial y los gestos corporales.
La paralingüística es el estudio de estas señales vocales (y a veces no vocales) que van más allá del mensaje o discurso verbal básico, también conocido como vocalismo. La paralingüística da mucha importancia a cómo se dice algo en vez de qué es lo que se dice.
Etimología y definición
El prefijo griego para- significa «junto a» o «semenjante a», mientras que la palabra «lingüística» proviene del latín lingua, que significa «lengua» o «idioma». Por ello, podríamos decir que la paralingüística es lo que acompaña al habla.
El paralenguaje incluye todos los aspectos del habla que van más allá de las palabas: acento, tono, volumen, velocidad, modulación y fluidez. Algunos investigadores también incluyen ciertos fenómenos no vocales dentro del paralenguaje, tales como expresiones faciales, movimientos oculares, gestos de manos y similares. Según el sociolingüista británico Peter Matthews, los límites del paralenguaje «son (inevitablemente) imprecisos».
Años atrás, la paralingüística se consideraba el “hijastro descuidado” en la investigación del habla, pero hoy en día tanto lingüistas como otros investigadores se han interesado más en este campo.
Debido al aumento de la comunicación no presencial gracias al correo electrónico, redes sociales y mensajes de texto (entre otros), los emoticonos se consideran un sustituto escrito del paralenguaje.
El paralenguaje dentro del contexto cultural
Las señales no verbales no son universales y pueden variar dependiendo de cada cultura, lo cual lleva a confusiones de comunicación entre personas de distintos contextos.
En Arabia Saudita, hablar en voz alta transmite autoridad, mientras que hablar en voz queda implica sumisión; mientras tanto, los europeos pueden percibir la sonoridad como descaro. En el suomi o finés se habla más lentamente que otros idiomas europeos, lo que lleva a la percepción de que los propios finlandeses son “lentos”. Algunas personas tienen una percepción similar del acento sureño en los Estados Unidos.
Aunque hablamos con nuestros órganos vocales, nos comunicamos con todo nuestro cuerpo. Los fenómenos paralingüísticos ocurren al mismo tiempo que el lenguaje hablado y, en conjunto, producen un sistema total de comunicación. El estudio del comportamiento paralingüístico es parte del estudio de la conversación, por lo que el uso conversacional del lenguaje hablado no puede ser comprendido correctamente sin los elementos paralingüísticos.
El tono de voz
Siguiendo el ejemplo antes mencionado, en las discusiones entre iguales en Arabia Saudita, los hombres alcanzan un nivel de decibelios que se consideraría agresivo, objetable y odioso en los Estados Unidos. La voz connota fuerza y sinceridad entre los árabes, mientras que un tono suave implica debilidad y astucia. Esto puede llevar a malentendidos en discusiones personales y de negocios, ya que lo que uno puede interpretar como agresión, para el otro sería asertividad.
Fenómenos vocales y no vocales
La discusión más técnica de lo que se describe vagamente como tono de voz implica el reconocimiento de todo un conjunto de variaciones en las características de la dinámica de la voz: sonoridad, tiempo, fluctuación de tono, continuidad, etc. Cualquiera puede observar que un orador tenderá a hablar en un tono inusualmente alto cuando está emocionado o enojado. En ciertas situaciones, esto también puede ocurrir cuando el hablante está simplemente simulando ira y por lo tanto, con cualquier propósito, comunicando deliberadamente información falsa.
Entre los fenómenos no vocales más obvios que se pueden clasificar como paralingüísticos y que tienen una función moduladora, además de puntual, está el cabeceo (en ciertas culturas), el cual puede tener un pronunciamiento acompañante que indica asentimiento o acuerdo. Un punto general que se ha subrayado continuamente en la literatura es que tanto los fenómenos vocales como los no vocales son en gran medida aprendidos más que instintivos y difieren de un idioma a otro (o, tal vez debería decirse, de una cultura a otra).
Las señales paralingüísticas y el sarcasmo
En el 2002, el Dr. Rankin, neuro psicólogo y profesor en el Centro de Memoria y Envejecimiento de la Universidad de California en San Francisco, utilizó una innovadora prueba llamada la prueba de concienciación de inferencia social, o Tasit. Esta prueba incorpora ejemplos grabados en videos de intercambios en los que las palabras de una persona parecen bastante sencillas por escrito, pero se presentan en un estilo sarcástico tan ridículamente obvio para los cerebros sanos que parecen sacados de una comedia.
“Estaba probando la capacidad de la gente para detectar el sarcasmo basado enteramente en claves paralingüísticas, la forma de expresión” , dijo el Dr. Rankin.
Para su sorpresa, los escáneres de resonancia magnética revelaron que la parte del cerebro perdida entre los que no percibían el sarcasmo no estaba en el hemisferio izquierdo del cerebro, que se especializa en el lenguaje y las interacciones sociales, sino en una parte del hemisferio derecho; esta sección del cerebro previamente se identificó como importante solo para detectar cambios de fondo contextuales en las pruebas visuales.
Referencias
- Maqueo, A. (2006). Lengua, aprendizaje y enseñanza: el enfoque comunicativo: de la teoría a la práctica. Disponible en: https://books.google.co.ve/books?id=gYndQlD-E9YC&dq
- Poyatos, F. (1994). La comunicación no verbal: Cultura, lenguaje y conversación. Disponible en: https://books.google.co.ve/books?id=t_dlBNQ63A0C&dq