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Muchas de las prácticas que llevamos a cabo en nuestros árboles les generan un perjuicio, en algunos casos de tal magnitud que el árbol muere o es necesario talarlo. Las prácticas dañinas para con los árboles se pueden evitar. Veamos a continuación algunas de las formas mas comunes en que dañamos a los árboles que crecen en patios, jardines y parques urbanos.
Estacas y mallas protectoras
Dos prácticas frecuentes son adosarle una estaca o tutor a un árbol joven o recién plantado y protegerlo cubriéndolo con una malla. Ambas prácticas pueden ser beneficiosas para el desarrollo del árbol, pero también pueden ser muy dañinas si no se hacen correctamente. Una estaca o tutor puede ayudar a un árbol a crecer más y a sujetarlo para que el viento no le cause daños. Pero algunas especies arbóreas no necesitan sujetarse a estacas, y la mayoría de los árboles sólo necesitan la ayuda de un pequeño soporte durante un periodo de tiempo corto. Adosar una estaca innecesaria o en forma inadecuada puede ocasionar el crecimiento anormal del tronco, dañar su corteza, generar anillos anormales en su tronco y dar lugar a un volumen demasiado grande en la parte superior, que ocasionará un peso excesivo y un eventual colapso del árbol.
La protección de los árboles cubriéndolos con una malla es también una buena práctica, pero a su vez se puede hacer de manera incorrecta. La malla no debe cubrir de forma excesiva al árbol, y si se aplica alrededor de la base del tronco enterrada a una profundidad mayor que ocho centímetros puede afectar las funciones de la raíz y de la corteza. Hay que evitar colocar la malla alrededor de la base del tronco.
La ubicación correcta de los árboles
La mala ubicación de los árboles debido a la falta de un diseño paisajístico o a la falta de previsión sobre su desarrollo ulterior pueden dañar seriamente al árbol y originar perjuicios a las instalaciones de la casa o a los servicios públicos.
Los sectores por donde pasan los servicios públicos son un lugar tentador para plantar árboles; suelen ser espacios abiertos e iluminados. Pero hay que pensarlo bien. Los cables de distribución de electricidad y las ramas de los árboles no deben mezclarse. Se puede invertir en un árbol para que después de varios años de verlo crecer sea talado por un equipo de mantenimiento de líneas eléctricas de la compañía local cuando las ramas toquen los cables, como se ve en la figura. Una alternativa es plantar un arbusto o un árbol pequeño, cuya altura cuando sea adulto sea considerablemente menor que la de los cables.
La ubicación inadecuada de un árbol también puede ocasionar que exceda en su desarrollo el espacio disponible en el jardín, pudiendo causar daños a los cimientos de los edificios, a la parcela del vecino, a las cañerías de agua y de otros servicios públicos. En la mayoría de estos casos resulta necesario eliminar el árbol.
Cada árbol tiene un potencial de desarrollo característico. La altura y el ancho de un árbol, así como la extensión de sus raíces, no están determinadas solamente por su salud y por las características del sitio en que fue plantado; el tamaño final también está determinado por su potencial genético de crecimiento. La mayoría de las buenas guías sobre árboles brindan información sobre la altura y el volumen que desarrollan, y la expansión de sus raíces. Se debe tener en cuenta esta información cuando se planee plantar un árbol.
Algunas especies arbóreas sufren si se desarrollan en un lugar sombrío. Muchas coníferas y árboles de madera dura tienen que crecer en lugares bien iluminados para desarrollarse de forma adecuada. Los técnicos forestales y los especialistas en botánica denominan a estos árboles «intolerantes de la sombra«. A la inversa, los árboles que pueden desarrollarse en sitios sombríos se llaman «tolerantes de la sombra«. Algunas de las especies intolerantes de la sombra son los pinos, muchas especies de roble, los álamos, los nogales, los cerezos, los álamos, los sauces y los abetos. Algunas de las especies arbóreas tolerantes de la sombra son la cicuta, los abetos, la mayoría de los abedules y olmos, las hayas, los tilos y los cornejos.
Hábitos perjudiciales para los árboles
La salud y el cuidado de un árbol a menudo deja de ser nuestra prioridad y pasan a un segundo plano, y dejamos de efectuar los cuidados que nuestro árbol necesita o lo hacemos de manera negligente. Ser dueño de un árbol conlleva una responsabilidad que algunos de nosotros posponemos hasta un punto en el que el árbol sufre un daño permanente.
Los árboles pueden sufrir lesiones si no se los poda de forma adecuada. También es importante cuidar del árbol adecuadamente si ha tenido algún tipo de lesión o sufre una enfermedad. Las lesiones, las enfermedades y la poda inadecuada pueden provocar la muerte de un árbol.
Es común que en un mismo lugar se coloquen dos especies que combinen, como un árbol y una enredadera. Pero en muchos casos los árboles no pueden competir con una planta agresiva que consume gran parte de los nutrientes y que oculta la luz. Muchas plantas pueden aprovechar su forma de desarrollo, como es el caso de algunas enredaderas, y ahogar al árbol más vigoroso. Si se quiere plantar arbustos y enredaderas, hay que mantenerlos suficientemente lejos de los árboles.
El sistema de raíces de un árbol es un órgano vital. Cuando las raíces no funcionan correctamente la salud del árbol se degrada, y finalmente morirá. Algunos de los errores mas comunes que afectan el funcionamiento de las raíces de un árbol son realizar construcciones o pavimentar sobre las raíces, excavar alrededor del tronco del árbol y estacionar o almacenar equipo o materiales tóxicos sobre la zona en se despliega la raíz.
Los árboles pueden convertirse fácilmente en postes de cercos, postes de luz y soportes de una gran variedad de adornos. No hay que caer en la tentación de utilizar un árbol para éstas aplicaciones que suelen causales daño.