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La teoría de los dos factores de la emoción, desarrollada por los psicólogos Schachter y Singer, en 1962, fue una de las más influyentes del siglo XX. Esta teoría sostiene que la emoción depende de dos factores: la interpretación de la respuesta fisiológica del individuo y su percepción de la situación o entorno.
Origen de la teoría de Schachter-Singer
La teoría de Schachter y Singer surgió como respuesta a otras investigaciones anteriores sobre las emociones. De hecho, sus hipótesis cuestionaron algunos de los principios aceptados hasta ese momento, especialmente de las teorías de la emoción presentados por James-Lange y Cannon-Bard.
La teoría de James-Lange
La teoría de James-Lange, formulada de forma separada por el psicólogo estadounidense William James y el médico danés Carl Lange en la década de 1880, sostiene que las emociones surgen por los cambios que ocurren en nuestro organismo, como el aumento del ritmo cardíaco, la tensión arterial, el sudor o los temblores. Ante un estímulo, el cerebro interpreta las sensaciones que producen dichos cambios y causa determinada emoción. Esta teoría se puede resumir de la siguiente manera:
Estímulo → Cambio físico → Retroalimentación → Emoción
La teoría de Cannon-Bard
En 1927, el psicólogo estadounidense Walter Bradford Cannon y su discípulo, Phillip Bard, refutaron la teoría de James-Lange y propusieron, en cambio, que el factor cognitivo desempeña un rol más importante en el origen de las emociones que la respuesta fisiológica. Según esta perspectiva, la emoción surge cuando el individuo reacciona ante un estímulo y lo interpreta mediante su propia percepción.
De acuerdo con la forma en que el individuo perciba al estímulo se producirán, al mismo tiempo, ciertos cambios fisiológicos, dando como resultado una determinada emoción. Estos dos procesos son independientes, se producen de forma simultánea y están conectados entre sí. La teoría de Cannon-Bard se suele representar así:
Estímulo → Percepción → Cambio físico y emoción
Sobre Stanley Schachter y Jerome E. Singer
A mediados del siglo XX, los psicólogos estadounidenses Stanley Schachter y Jerome Singer revolucionaron los conceptos de la psicología de su época. Su propuesta se enfocó en la relación entre la respuesta fisiológica y las emociones, apoyando algunas de las hipótesis de la teoría de James-Lange; cuestionó el rol secundario de los cambios fisiológicos de la teoría de Cannon-Bard pero reafirmó el rol cognitivo en el origen de las emociones.
Stanley Schachter (1922-1997) fue un psicólogo social que realizó numerosas aportaciones sobre el origen y el desarrollo de las emociones, y otros temas de interés dentro del campo de la psicología, como la dinámica de grupos; la relación entre el orden de nacimiento y la capacidad intelectual; la obesidad y los hábitos alimentarios; y el tabaquismo, entre otros.
Jerome E. Singer (1934-2010) fue un psicólogo social, alumno de Schachter, que se dedicó al estudio de la psicología médica desde el enfoque de la psicología social, la psicopatología y la psicobiología. Además, Singer se destacó por sus investigaciones sobre distintos tipos de estrés y sus efectos.
Si bien Schachter y Singer fueron autores prolíficos y grandes referentes de la psicología moderna en varios asuntos, ambos son reconocidos, especialmente, por su teoría de los dos factores de las emociones, que se ha nombrado en su honor.
La teoría de los dos factores de Schachter-Singer
En 1962, Schachter y Singer publicaron el artículo Determinantes cognitivos, sociales y fisiológicos del estado emocional en la revista científica Psychological Review donde incluyeron los resultados de su investigación sobre las emociones.
Hasta ese momento, existía cierto consenso sobre el rol protagónico del aspecto cognitivo en el origen de las emociones y se le daba una menor importancia a la respuesta fisiológica del individuo. Sin embargo, todavía había algunas cuestiones que no estaban del todo claras, como por ejemplo: por qué distintas emociones daban origen a reacciones fisiológicas similares.
Qué dice la teoría de los dos factores de Schachter-Singer
Para explicar esto y otros enigmas del proceso de la experiencia emocional, Schachter y Singer propusieron que las emociones surgen a partir de la interpretación que una persona hace de los cambios fisiológicos que se producen en su organismo y del análisis cognitivo que realiza de la situación o el entorno en que se halla.
Esa evaluación cognitiva subjetiva, que cada persona lleva a cabo incluso de forma inconsciente, daría como resultado dos características de la emoción:
- La intensidad de la emoción, que sería el aspecto cuantitativo de la emoción y abarca una escala de menor a mayor intensidad.
- El tipo de emoción, que se trata del aspecto cualitativo de la emoción y serían las distintas emociones: tristeza, alegría, asco, sorpresa, enfado y sorpresa, entre otras.
Es decir, ante un estímulo, se produce una activación fisiológica en el organismo, a la cual llamaron “excitación fisiológica”, y ocurre la “atribución cognitiva”, también llamada “etiqueta cognitiva”, que es la explicación que la persona le da a los cambios fisiológicos que siente según la situación, las personas a su alrededor o el entorno. Al colocarle una etiqueta o darle una explicación, surge la emoción.
Por ejemplo, si la persona está caminando y se encuentra una serpiente, según la teoría de Schachter–Singer, este estímulo causaría la activación del sistema nervioso simpático que produciría la respuesta o excitación fisiológica. La persona entonces la etiquetaría de forma cognitiva como “miedo”, basándose en su conocimiento o experiencia (puede ser que se trata de una serpiente venenosa o la persona le tenga fobia a estos reptiles). Esta evaluación cognitiva daría como resultado la emoción de miedo.
Teniendo en cuenta lo anterior, la teoría de los dos factores de Schachter-Singer se representa de la siguiente manera:
Estímulo → Factor de activación (excitación fisiológica) → Factor cognitivo (atribución cognitiva/etiqueta) → Emoción
El estudio de Schachter y Singer
Para apoyar su teoría, Schachter y Singer realizaron un estudio en 184 jóvenes de sexo masculino. Les dijeron que se trataba de una investigación sobre el efecto de una droga nueva en la visión, llamada “Suproxin”. Pero en realidad, a algunos les inyectaron adrenalina y a otros, un placebo.
La adrenalina, también llamada epinefrina, es una hormona y un neurotransmisor que produce el cuerpo humano en las glándulas suprarrenales y la libera cuando se encuentra en una situación de estrés, alarma, miedo, excitación o peligro. Considerando que la emoción es el resultado del factor de activación fisiológica y de la atribución cognitiva, los investigadores supusieron que al provocar un cambio en su organismo (factor fisiológico) mediante la inyección de adrenalina, los individuos buscarían una explicación en el entorno (factor cognitivo) y esto originaría una respuesta emocional particular.
Para llevar adelante este experimento dividieron al azar a los jóvenes en cuatro grupos:
- Un primer grupo al cual le inyectaron adrenalina y le informaron sobre los posibles efectos: aumento del ritmo cardíaco y de la tensión arterial, temblor en las manos, rubor o enrojecimiento.
- Un segundo grupo al cual le inyectaron adrenalina pero no le informaron sobre los efectos.
- Un tercer grupo recibió también la inyección de adrenalina y le informaron sobre falsos efectos secundarios: adormecimiento en los pies, picazón en el cuerpo o un leve dolor de cabeza.
- Un cuarto grupo de control al que le inyectaron un placebo y no le informaron sobre los efectos potenciales.
A su vez, expusieron a estos grupos a dos entornos diferentes: uno que inducía la euforia y otro, el enfado. Para ello, cada grupo tuvo un infiltrado que formaba parte del grupo de los investigadores. Estas personas se comportaron como si también fueran participantes del estudio, pero a lo largo del experimento tuvieron actitudes que tendían a provocar euforia, en el primer caso; y enfado, en el segundo.
Hipótesis del experimento de Schachter y Singer
De acuerdo con lo expuesto en su teoría, los investigadores buscaron probar que:
- Si una persona no tiene una explicación para los cambios fisiológicos que siente, etiquetará ese estado según la información que obtenga del entorno.
- Si la persona tiene una explicación para dichos cambios fisiológicos, es improbable que etiquete ese estado según la información del entorno.
- Si a la persona se la somete a una situación que en el pasado le hizo sentir una emoción determinada, tendrá una mayor respuesta emocional si tiene una activación fisiológica.
Resultados del estudio de Schachter y Singer
Los investigadores observaron al grupo de estudio a través de un espejo unidireccional y clasificaron a los participantes según su estado emocional, y al finalizar, les midieron su frecuencia cardíaca. Después del estudio, cada participante debió completar un cuestionario sobre la experiencia.
Los investigadores clasificaron a los grupos según la intensidad de las emociones que sintieron:
- En una escala de mayor a menor nivel de euforia: el grupo inyectado con adrenalina que recibió información errónea tuvo el nivel más alto de euforia; luego le siguió el grupo desinformado; posteriormente el que recibió el placebo, y finalmente, el grupo informado, mostró el nivel más bajo.
- En cuanto a la inducción al enfado, se obtuvieron resultados similares: el grupo desinformado registró un mayor nivel de enfado y el grupo informado, el nivel más bajo.
Los resultados de este estudio confirmaron algunas de las hipótesis de los investigadores. El grupo que había sido informado de los posibles efectos de la inyección, explicó los cambios fisiológicos como efecto de la inyección y no se mostró eufórico ni enfadado.
Los grupos que no habían sido informados sobre sus efectos, notó la respuesta fisiológica, buscó una explicación y concluyó que debía ser a causa de una emoción, que fue de euforia o enfado, según el entorno al que habían sido expuestos.
Por lo tanto, los investigadores llegaron a la conclusión que los participantes que tenían una explicación sobre su respuesta fisiológica, eran más propensos a ser influenciados por el entorno, en este caso, por el comportamiento del infiltrado.
Ampliación de la teoría de Schachter-Singer
Algunos años más tarde, más precisamente en 1971, Schachter publicó un nuevo trabajo sobre el procesamiento de las emociones, titulado Emoción, obesidad y crimen, y estableció tres principios sobre la conducta emocional humana:
- Cuando el individuo experimenta un estado de activación fisiológica y no tiene una explicación para tal respuesta física, realizará una evaluación cognitiva según la situación que ha generado esos cambios físicos, etiquetará ese estado y sentirá una emoción determinada.
- Si el individuo tiene una explicación para su respuesta fisiológica, no realizará ninguna evaluación cognitiva de la situación, y por lo tanto, no etiquetará a la emoción.
- En situaciones cognitivas iguales, el individuo le pondrá una etiqueta a sus emociones solo si experimenta una activación fisiológica.
La teoría de Schachter-Singer en la actualidad
Aunque significó una revolución en la psicología de su época, principalmente con respecto al origen de las emociones, esta teoría recibió muchas críticas por las irregularidades del estudio en que estaba basada. Se la cuestionó por:
- Los métodos poco científicos que se utilizaron y que dificultan el análisis objetivo de los datos obtenidos.
- La falta a la ética del experimento, ya que los participantes no sabían a qué se exponían ni dieron su consentimiento para ser inyectados con adrenalina.
- El hecho de que todos los participantes fueran hombres.
- El rango limitado de la teoría, que solo se enfocó en el sistema nervioso autónomo y dejó de lado el estudio de las emociones en el sistema nervioso central que cumple un rol importante en el proceso cognitivo y emocional.
- La imposibilidad de replicar las condiciones del estudio: otros investigadores, como Gary Marshall y Philip Zimbardo intentaron replicar el entorno de euforia del estudio de Schachter y Singer aplicando adrenalina o un placebo a los participantes, y en cada grupo hubo un infiltrado eufórico y otro neutral. El resultado del experimento fue que el infiltrado eufórico no produjo más euforia que el neutral. Por lo tanto, los investigadores concluyeron que los individuos que recibieron adrenalina no fueron más propensos al entorno que los que obtuvieron un placebo, refutando una parte de la teoría de Schachter-Singer.
A pesar de que en la actualidad no cuenta con un apoyo total en el mundo científico y está rodeada de una gran controversia, la teoría de los dos factores fue el punto de partida para otras investigaciones sobre las emociones. Incluso, algunos estudios posteriores confirmaron algunas de las hipótesis de Schachter-Singer.
Investigaciones relacionadas
En 1974, los psicólogos Donald G. Dutton y Arthur P. Aron pusieron a prueba la teoría de los dos factores, mediante un experimento que dio como resultado lo que se conoce como “atribución errónea de la activación fisiológica”. Los participantes del estudio tuvieron que cruzar dos tipos diferentes de puentes: uno de suspensión, inestable, muy alto y estrecho. El otro puente era más seguro y estable. Al final del puente los esperaba una investigadora atractiva. El estudio demostró que los participantes que cruzaron el puente más peligroso atribuyeron de forma errónea su activación fisiológica de miedo o ansiedad a niveles más altos de deseo sexual hacia la investigadora.
La teoría de los dos factores de Schachter-Singer sostiene que la disminución de los niveles de activación fisiológica causa automáticamente una reducción de la intensidad emocional. Sin embargo, en 1983, la investigación del psicólogo Rainer Reisenzein llegó a la conclusión de que, aunque la respuesta fisiológica puede aumentar la intensidad de la emoción, no necesariamente la provoca.
Fuentes
- Schachter, S.; Singer, J. Determinantes cognitivos, sociales y fisiológicos del estado emocional. (1962). Estados Unidos. Psychology Review. 69: 379-399. Disponible aquí.
- Schachter, S. Emoción, obesidad y crimen. (1971). New York. Academic Press.
- Marshall, G. D., & Zimbardo, P. G. Affective consequences of inadequately explained physiological arousal. (1979). Journal of Personality and Social Psychology, 37(6), 970–988. Disponible aquí.
- Reisenzein, R. The Schachter theory of emotion: Two decades later. (1983). Psychological Bulletin, 94, 239–264.
- Dutton, D. G., & Aron, A. P. Some evidence for heightened sexual attraction under conditions of high anxiety. (1974). Journal of Personality and Social Psychology, 30(4), 510–517.
- Ruiz Mitjana, L. La teoría de la emoción de Schachter y Singer. Psicología y mente. Disponible aquí.
- (2020, 6 de junio). Teoría de la emoción de los dos factores. Psicólogos en línea. Disponible aquí.
- Ramón Alonso, J. ¿Por qué te enfadas? Jralonso.es. Disponible aquí.