¿Qué es el arco narrativo en la literatura?

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El arco narrativo es la progresión de hechos que conforman una historia y le dan estructura. Mckee (1995) lo define como “…una selección de acontecimientos extraídos de las narraciones de las vidas de los personajes, que se componen para crear una secuencia estratégica que produzca emociones específicas y expresan una visión del mundo”.

Componentes del arco narrativo

Puede considerarse que quien sentó las bases teóricas sobre la estructura de una narración fue Aristóteles. Según él, todo relato está compuesto por tres actos que conforman el arco de la narración: el inicio, el nudo y el desenlace.

En el inicio el autor presenta una situación, introduce a los personajes y los ubica en un tiempo y un lugar determinados.
En el nudo los personajes experimentan un conflicto que cambia sus circunstancias. También se conoce como clímax, pues es el momento de máxima tensión y donde se altera lo que se planteó inicialmente.
En el desenlace se resuelve el conflicto que se presenta en el nudo. Esta resolución da lugar al final, que puede ser feliz o no, y puede ser abierto o cerrado.

El orden que el autor le da a su obra puede presentarse de diferentes formas, con el fin de generar suspenso y emoción en los espectadores. Sin embargo, la estructura inicio – nudo – desenlace, llamada estructura lineal, es la más frecuente, ya que el tiempo cronológico y el de la narración coinciden.

Field (1979) exploró la estructura lineal de Aristóteles y, a partir de esta, replanteó un modelo de tres actos llamados planteamiento, confrontación y resolución.

Tipos de arcos narrativos

Mckee (1995) plantea la existencia de tres tipos de arcos narrativos: arquitrama, minitrama y antitrama.

La arquitrama representa una estructura lineal. Por lo general, en esta narrativa el protagonista se enfrenta a un antagonista bien definido en un contexto verosímil y dando lugar a un desenlace cerrado.
La minitrama también responde a la estructura lineal. Sin embargo, tiende a ser más simple que la arquitrama y puede entrelazarse con otras minitramas para contar historias paralelas.
La antitrama no tiene una estructura lineal. Las narraciones con esta estructura exhiben complejas líneas temporales e incorporan realidades inverosímiles con un desarrollo que no necesariamente tiene progresión.

Arcos narrativos típicos

Basándose en historias mitológicas de distintas culturas, Joseph Campbell describió el que tal vez es el arco narrativo más frecuente en los textos narrativos: el viaje del héroe. Tal viaje está compuesto de tres partes: partida, iniciación y regreso.

Durante la partida, el héroe pasa por una situación que lo invita a una aventura. Esta invitación, luego de ser aceptada, se transita con ayuda de un mentor. El héroe llega al primer umbral o prueba que lo enfrenta con las implicaciones de su decisión y lo sumerge en el vientre de la ballena, un punto en el que reconoce el peligro de su viaje.
En la iniciación, el héroe se enfrenta a diversas pruebas durante las cuales llega el encuentro con la diosa, una figura que representa la dualidad entre el bien y el mal que experimentará el protagonista. En consecuencia, se verá tentado a desviarse de su objetivo a través de diversos placeres y recompensas. Al no caer en la tentación, el héroe se consagra y alcanza la apoteosis; es decir, evoluciona. Gracias a esto, alcanza el don final, es decir, utiliza todo lo aprendido para conseguir su objetivo.
Al regreso, el protagonista experimenta una negativa a retornar a sus circunstancias iniciales. Por tanto, puede hacer un vuelo mágico, es decir, partir con sus aprendizajes hacia nuevas aventuras. Sin embargo, esta situación puede debilitarlo, por lo que es rescatado por su mentor, quien lo conduce hacia el umbral de retorno, en el que el héroe encuentra la forma de comprender lo aprendido y se convierte en un maestro de dos mundos. Esto le ofrece libertad para vivir, dándole la sensación de estar pleno.

De forma similar a Campbell, Mckee define el arco narrativo como una búsqueda de algo o de sí mismo, a través de cinco elementos principales que comparten características con las etapas ya descritas: incidente incitador, progreso, crisis, clímax y resolución.

A pesar de que el viaje del héroe es el arco típico por excelencia, un estudio llevado a cabo por la Universidad de Vermont afirmó que la literatura occidental se divide en arcos narrativos recurrentes:

Arco «de harapos a riquezas»: la historia avanza hacia un final feliz. Ejemplo: “Alicia en el País de las Maravillas”, de Lewis Carroll.
Arco «hombre en un agujero»: la buena suerte se acaba, pero el protagonista renace de sus cenizas. Ejemplo: El “Mago de Oz”, de L. Frank Baum.
Arco «Cenicienta»: comienza con una situación feliz, seguida de un revés, pero con final feliz. Ejemplo: “Cuento de Navidad”, de Charles Dickens.
Arco «tragedia» o «de riquezas a harapos»: las cosas sólo empeoran. Ejemplo: “Romeo y Julieta”, de William Shakespeare.