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La escritura suele ser una actividad que muchas personas emprenden, ya sea por su profesión o sus estudios, y también o como afición y pasatiempo. Es una actividad que puede realizarse para alcanzar un fin, o bien ser ella en sí misma un objetivo. Las personas pueden emprender diversos ejercicios de escritura: narración, ensayos y otros escritos de la más variada naturaleza. Uno de los tipos de escritos más común es el descriptivo.
Un párrafo descriptivo es el que suministra gran cantidad y variedad de detalles sobre un tema, área, personaje o situación específica. Este tipo de párrafo es muy común en las obras narrativas, pues ayudan al lector a imaginar el contexto en el que se desenvuelven los personajes o también puede describir una serie de sentimientos complejos de alguna persona.
En el párrafo narrativo abundarán los adjetivos y adverbios que ayuden a precisar los eventos y objetos que se describen. Los cinco sentidos se involucrarán en la creación de este tipo de párrafo para crear una imagen mental completa de lo escogido.
El tema
El primer paso para escribir un buen párrafo descriptivo es la identificación del tema. Cuando la escritura se realiza dentro del ámbito académico, es común que el tema venga ya asignado por el profesor o instructor encargado. En ese caso podemos proceder al siguiente paso.
Si no se ha escogido un tema, puede hacerse una lluvia de ideas que ayude a decidir el más apropiado. Se debe escoger algo que se conozca profundamente y, en caso contrario, se debe investigar extensamente el tema desconocido. Nuestro conocimiento del tema va a determinar la riqueza del párrafo descriptivo que se construya. Los temas personales o familiares pueden describirse ampliamente y son una buena elección para empezar a entrenarse con este tipo de párrafo. Los objetos y lugares cotidianos pueden cobrar una nueva vida si se escribe sobre ellos, pues nos veremos obligados a considerarlos con los cinco sentidos para que adquieran diferentes dimensiones y significados.
Al escoger el tema del párrafo se debe considerar su objetivo. Si el objetivo de este ejercicio de escritura es poner en práctica conocimientos literarios y de redacción, el temario es amplio. Si el párrafo descriptivo forma parte de un proyecto mayor, como suele ser el caso, hay que asegurarse de que el tema no se salga de la línea en el que se está trabajando.
Explorar el tema escogido
Para lograr una descripción rica que pueda crear una imagen mental valiosa, se debe estudiar el tema detalladamente. Es útil ponerse delante de una hoja de papel en blanco, escribir el título del tema que se desea describir en el centro de la página, y comenzar a anotar todo aquello que venga a la mente que pueda estar relacionado o que forme parte del tema. Es el momento de involucrar a los sentidos: ¿Cómo se ve, suena, huele, sabe y se siente el objeto? ¿Cuáles son sus propios recuerdos o asociaciones con el objeto?
Las sensaciones y recuerdos pueden formar parte de ese párrafo en construcción. Si el tema escogido fuese una visita al dentista, la lista de detalles podría incluir el olor del consultorio, el brillo de las luces de examinación, la sensación de dolor, o adormecimiento de la boca bajo los efectos de la anestesia, el sonido del equipo eléctrico del dentista. En fin, todos los aspectos que permitan ubicar al lector en tiempo y espacio dentro del escenario escogido.
En esta fase de exploración, se puede redactar un boceto de párrafo que será luego editado. No hay que preocuparse por lograr un párrafo perfecto en este paso. El mejor consejo de redacción nos dirige a escribir todo lo que podamos y luego en una etapa posterior editar, nunca hacerlo al mismo tiempo de la primera redacción. Ese es un momento que debemos dedicar al impulso creativo.
Organizar la información
Una vez que se tenga una lista amplia de detalles se puede decidir su organización dentro del párrafo. Primero, considerando el objetivo de la descripción, se deben ordenar los elementos y tomar decisiones sobre qué incluir y qué excluir del párrafo final. ¿Qué mensaje, si lo hay, desea que transmita la descripción? ¿Qué detalles transmiten mejor ese mensaje?
En el interior de cada párrafo podremos crear, de diversas formas, la siguiente estructura:
1.- Una oración que identifica el tema y explica su significado.
2.- Una o varias oraciones de apoyo que describen el tema al añadir los detalles, sensaciones y demás elementos que se han escogido para la descripción.
3.- Una oración final o de cierre que retoma el significado del tema.
Este tipo de organización tendrá mejor uso dependiendo del tema central que enmarca el párrafo. Por ejemplo, si fuese un párrafo descriptivo dentro de una gran novela, el estilo de narración influenciará enormemente la organización de las ideas en el párrafo. Si, por el contrario, el párrafo forma parte de un texto teórico, será conveniente utilizar el orden sugerido anteriormente para que los lectores puedan seguir el contenido del párrafo y comprenderlo fácilmente.
Edición del párrafo
Este es sin duda uno de los pasos más importantes en la escritura. Todo texto debe considerarse incompleto si no ha sido revisado y editado. El mejor editor es siempre distinto al escritor, pues traer unos nuevos ojos al proceso ayudará a ver aquellos detalles que para el autor puedan no resultar muy obvios. Si no se dispone de una persona que pueda actuar de editor, la recomendación es dejar reposar el texto por unos días si es posible y luego releerlo en voz alta. Esta verificación puede ayudarnos a identificar frases complicadas o inapropiadas, errores de transcripción y ortografía, etc., y finalmente nos permite saber si el objetivo inicial del párrafo se ha cumplido o no.
Ejemplos de párrafos descriptivos
En este primer fragmento de la novela Cien años de soledad, del escritor colombiano Gabriel García Márquez, podemos observar el inicio de la descripción detallada del pueblo de Macondo, insertado a su vez en un recuerdo del coronel Aureliano Buendía.
“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos “
En el siguiente ejemplo, el uruguayo Horacio Quiroga nos describe el estado de Alicia, el personaje principal de su cuento El almohadón de plumas. En la historia, Alicia se encuentra gravemente enferma y se desconoce la causa de su estado.
“Durante el día no avanzaba su enfermedad, pero cada mañana amanecía lívida, en síncope casi. Parecía que únicamente de noche se le fuera la vida en nuevas alas de sangre. Tenía siempre al despertar la sensación de estar desplomada en la cama con un millón de kilos encima.”
Referencias
Olivares, C. (1982). El párrafo: estructura y función. Cuadernos de investigación filológica. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/68928.pdf
Vera, A. (2012) El párrafo como unidad discursiva. ELUA. Estudios de Lingüística. Disponible en: http://rua.ua.es/dspace/handle/10045/28733