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Dentro de los estudios de la lengua y del discurso, llamamos coloquialismos a las expresiones informales que se usan con más frecuencia en una conversación relajada, es decir en el habla, que en el discurso formal o por escrito. Los coloquialismos se desarrollan en el lenguaje a través de años de comunicación informal entre hablantes que se conocen.
Usar coloquialismos no es hablar mal o no tener educación, sino que es simplemente un tipo de registro lingüístico. Se trata de usar palabras, estructuras y frases típicas de la región o nacionalidad en donde se vive. Se suele decir que el habla coloquial se aprende en casa en lugar de la escuela. Cuando se trata de coloquialismos, no hay reglas para su aparición en el habla común. La palabra coloquialismo viene de “coloquial”, que a su vez deriva de coloquio, que significa conversación.
La escritura y el habla informal
El habla cotidiana está llena de coloquialismos, aunque ahora es muy común encontrarlos también en las comunicaciones escritas. La escritura es más informal que antes y los textos altamente formales son cada vez más escasos. Tenemos por ejemplo los documentos estatales, los artículos científicos, los documentos legales y las decisiones y sentencias judiciales. Pero incluso dentro de estos pueden encontrarse coloquialismos, aunque es más raro. Eso mismo ha pasado también con otros escritos que ahora parecen más informales que antes. Este fenómeno ha ocasionado que algunos autores formales recomienden usar coloquialismos sin muchos miramientos con el objeto de captar más el interés del lector.
Otros tipos de lenguaje informal
La jerga, los coloquialismos y los eufemismos forman el grueso del lenguaje informal. La jerga está formada por un glosario de palabras que han reemplazados a otras arbitrariamente. El coloquialismo forma parte del dialecto particular de un área geográfica y puede encontrarse tanto en palabras como en expresiones. Finalmente, el eufemismo es aquella palabra o expresión inofensiva que sustituye a otra que puede ofender o sugerir algo desagradable a quien lee o escucha.
La utilidad de los coloquialismos
El lenguaje informal puede ser muy útil cuando se usa para hablar de personas. En este contexto sus términos pueden ser más adecuados que aquellos del habla formal. Por ejemplo, es útil para describir las características mentales o físicas de otras personas. Decir que alguien está mal de la cabeza suena menos ofensivo que decir simplemente que está demente. Para describir a una persona o situación agradable podemos decir que es guay, chido, o chévere, dependiendo del país hispanohablante en que te encuentres. Todas estas expresiones forman parte del lenguaje coloquial.
Coloquialismos con fecha
Los coloquialismos aparecen constantemente en respuesta a los cambios culturales, pero una vez establecidos no suelen tener una vida útil prolongada. La vida útil de estos depende de muchos factores en la sociedad. A medida que las personas y las costumbres se desarrollan, aquellos coloquialismos que formaban parte de la identidad de estas caducan y quedan anticuados.
Referencias
Esparza, P.(2016) 6 expresiones latinoamericanas que a los españoles nos cuesta entender (y cómo llegué a adoptarlas). Disponible en: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-37025329
Del Pozo, M. (1998) Dime como hablas y te diré si te comprendo: de la importancia de la enseñanza de expresiones coloquiales, modismos, argot. ASELE. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/892224.pdf
