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El Popol Wuj, o Popol Vuh, nombre que traduce a «libro del consejo» o «libro de la comunidad», recoge las leyendas mayas que describen su cosmovisión y costumbres a través de los relatos de los mitos sobre el origen del mundo y diversos sucesos relacionados con la civilización maya y la naturaleza. El Popol Vuh se escribió alrededor del año 1550, en las primeras épocas de la conquista española, en k’iche’ (la lengua maya quiché); entre 1701 y 1703 fray Francisco Ximénez lo transcribe y traduce al castellano, publicándolo en columnas paralelas en los dos idiomas. En la actualidad se cuenta con varias traducciones contemporáneas; las citas que se incluyen en este artículo, así como algunos comentarios, corresponden a la traducción de Luis Enrique Sam Colop publicada en 2008.
Los registros de las leyendas que cuenta el Popol Vuh se remontan a la cultura olmeca y a los primeros estadios de la cultura maya. Los gemelos mitológicos del Popol Vuh aparecen junto al dios del maíz en las pinturas murales encontradas en San Bartolo, Guatemala; se crearon hacia el año 100 antes de Cristo y son hasta hoy las más antiguas de la cultura maya y muestran una continuidad estética entre la iconografía olmeca tardía y la maya. También se ha asociado a los gemelos de Azuzul, dos figuras humanas similares ubicadas frente a dos jaguares y encontrados cerca de San Lorenzo, uno de los dos principales centros urbanos olmecas, con los gemelos mitológicos del Popol Vuh.
El propósito del Popol Wuj se explicita en su comienzo.
Aquí escribiremos, estableceremos la palabra antigua; el origen, el comienzo de todo lo acontecido en el pueblo k’iche’, nación de la gente k’iche’. Aquí iniciamos la enseñanza, la aclaración y la relación de lo oculto y lo revelado por Tz’aqol fütol,’Alom, K’ajolom, nombres de Junajpu Wuch’, Junajpu Utiw; Saqi Nim Aq Sis;·Tepew Q’ukumatz; corazón del lago, corazón del mar…
El mito de la creación
Todo está en suspenso, todo está en reposo, en sosiego, todo está en silencio; todo es murmullo y está vacía la bóveda del Cielo. Esta es, pues, la primera palabra, la primera expresión: cuando todavía no existía persona ni animal; pájaro, pez, cangrejo, árbol, piedra, cueva, barranco, pajón, bosque, solo el Cielo existía. Todavía no había aparecido la faz de la Tierra, solo estaba el mar en calma, al igual que toda la extensión del Cielo …
Así comienza el mito de la creación del del Popol Vuh. De ese silencio se relata cómo surgió la Tierra de entre las aguas. Y la preocupación de los creadores: «Solo estaban Tz’aqol, Bitol, Tepew Q’ukumatz, Alom, K’ajolom en el agua». Estos eran los seres que los invocarían y crearon los animales y las aves que poblaron montañas y barrancos.
¡Las aguas que se aparten, que se vacíen! Porque debe surgir la Tierra, su superficie debe verse. Luego que venga la siembra, que nazcan Cielo y Tierra; ¿no es acaso el lugar de veneración, de invocación de nuestros seres formados, de nuestros seres creados?
Pero como no pudieron decir el nombre de sus creadores, se transformaron en alimento para otros seres.
… Pero no pudieron hablar, no como la gente; solo chillaban, solo cacareaban, solo aullaban. Su lenguaje no se manifestó claramente, cada quien gritó diferente… Hemos cambiado nuestro parecer: sus comidas, sus porciones, sus habitaciones, su lugar de reproducción. Lo de ustedes serán los barrancos, los bosques, porque no lograron adorarnos…
… Intentémoslo de nuevo. ¿Acaso no se acerca la época de la siembra y el amanecer? Construyamos quien nos sustente, quien nos guarde. Si no, ¿cómo habremos de ser nombrados y ser recordados sobre la Tierra? Ya probamos con nuestras primeras obras, nuestras primeras criaturas. Pero no se logró que fuésemos adorados ni honrados por ellos. Así que probemos hacer seres obedientes, respetuosos, que nos sustenten, que nos cuiden, dijeron …
Luego se creó un único ser de tierra y lodo que se desmoronaba y humedecía con el agua.
… Pero no lo vieron bien, no estaba bien construido, nada más estaba blando, nada más estaba aguado; se deshacía, se desmoronaba y se humedecía. Su cabeza no se sostenía, su cara estaba para un lado, su cara estaba inmóvil, no podía voltear su mirada…
Esta segunda creación también fue desechada. De ahí vienen los seres de madera que conversaban y se reproducían como la gente, pero no tenían espíritu ni pensamiento. Por eso fueron aniquilados y atacados por sus propios animales y utensilios de cocina.
… Buenos saldrán los muñecos de madera, gente de madera que hable, que converse sobre la faz de la Tierra. ¡Que así sea! … parecían humanos en su hablado, parecían humanos en su conversación; fue la gente que pobló la Tierra, se reprodujeron, tuvieron hijas, tuvieron hijos los muñecos, la gente de madera. Pero no tenían espíritu y no tenían pensamiento, no se acordaban de sus Creadores, de sus Formadores. Solamente caminaron, gatearon. Ya no se acordaban de Uk’u’x Kaj. Así, pues, fueron juzgados: solo fue un intento, solo fue una demostración de gente… He aquí, pues, su aniquilación, su desaparición, su destrucción…
El mito de la creación se continúa en diversas leyendas.
(citas de Luis Enrique Sam Colop, 2008)
Los gemelos de la mitología maya
Junajpu y Xbalamke, que también se encuentra escrito como Huanhpú e Ixbalanqué, son dos hermanos gemelos y personajes de la mitología maya, cuya leyenda se cuenta en el Popol Vuh. En la cronología mitológica del Popol Vuh, antes que Junajpu y Xbalamke aparecen Jun Junajpu y Wuqub Junajpu. Al igual que todas las culturas mesoamericanas, los mayas creían en los ciclos temporales, en la destrucción y renovación cósmica cíclica que se eran llamadas las «edades del mundo». Jun Junajpu y Wuqub Junajpu fueron los gemelos del maíz y vivieron durante el segundo mundo.
… Eran grandes sabios, tenían gran conocimiento, ellos eran adivinos aquí sobre la faz de la Tierra; de buena índole y buenas costumbres. Enseñaron las artes y el trabajo a Jun Batz’ y Jun Chowen, hijos de Jun Junajpu. En flautistas, en cantantes, en cerbataneros, escritores; así mismo en escultores, en orfebres del jade, en orfebres de la plata se constituyeron Jun Batz’ y Jun Chowen…
Los señores Jun Kame y Wuqub Kame invitaron Jun Junajpu y Wuqub Junajpu al inframundo maya, el Xibalba, para jugar el juego de pelota. En el Xibalba, Jun Junajpu y Wuqub Junajpu fueron sometidos a varias pruebas y engañados.
… Lo que deseaban los de Xibalba eran los implementos de juego de Jun Junajpu y Wuqub Junajpu: sus protectores de cuero, sus cinturones, sus protectores de brazos, sus penachos, sus pañuelos protectores, los atavíos de Jun Junajpu y Wuqub Junajpu…
En la víspera del juego los enviaron a la Casa Oscura y les dieron cigarros y antorchas; se les dijo que los mantuvieran encendidos toda la noche sin consumirlos. Fallaron en esta prueba y la pena por el fracaso fue la muerte. Jun Junajpu y Wuqub Junajpu fueron sacrificados y enterrados, pero la cabeza de Jun Junajpu fue cortada, por lo que solo su cuerpo quedó enterrado junto al de su hermano menor.
Los Señores de Xibalba colocaron la cabeza de Jun Junajpu entre las ramas de un árbol del camino, y el árbol dio frutos. Se le llamó el árbol de Jícaro o cabeza de Jun Junajpu. Los Señores de Xibalba prohibieron que se cortaran los frutos ni que nadie visitara el árbol. Pero la docella Ixkik’, hija del Señor Kuchuma Kik’, quedó maravillada por la historia del árbol y fue sola a verlo. Allí habló con la calavera de Jun Junajpu, que le pidió que extendiera su mano; la calavera escupió sobre ella.
… Ahí regresó la doncella a su casa, después que le fueron dados muchos consejos. De inmediato fueron concebidos los hijos en su vientre por la sola virtud de la saliva y así fueron engendrados Junajpu e Xbalamke…
El mito de la gestación de la docella Ixkik’ plantea la continuidad de la vida en los hijos, en los gemelos Junajpu y Xbalamke, trascendiendo la traición de los Señores de Xibalba. Como le dice Jun Junajpu a la docella Ixkik’.
… No se extingue, no desaparece la faz de los Señores, de los varones, de los sabios, de los oradores; se queda en sus hijas, sus hijos. ¡Que así sea! Esto es, pues, lo que yo he hecho contigo. Sube a la superficie de la Tierra que no has de morir, porque entras en la palabra…
Junajpu significa el cerbatanero, es decir, el que maneja una cerbatana. Jun significa uno, aj es el posesivo y pu es el apócope de pub, que significa cerbatana. Xbalamke se puede interpretar como pequeño jaguar venado, donde el prefijo X es el diminutivo, Balam significa jaguar y Ke es el apócope de Kej, que significa venado. Pero se ha propuesto otra interpretación de Balamq’e en la que la palabra estaría compuesta por Balam, que significa oculto y Q´e, que significa sol; sol oculto o nocturno. Esta interpretación luce más acorde al mito, ya que al final Junajpu se convierte en el Sol y Xbalamke en la Luna, lo que se puede interpretar como sol nocturno.
Después de que la docella Ixkik’ escapase de Xibalba engañando a los Señores que la habían mandado a matar por su embarazo, se fue a vivir en la Tierra con Ixmukane; esta era la madre de Jun Junajpu y Wuqub Junajpu, que criaba a los dos hijos de Jun Junajpu, Jun Batz’ y Jun Chowen. Junajpu y Xbalamke fueron tratados cruelmente por su abuela y sus hermanos y crecieron en el bosque cazando pájaros con sus cerbatanas.
… Ellos ya sabían de su nacimiento, ya tenían poderes; sabían que eran los sucesores de sus padres que fueron a Xibalba y que murieron allí. Eran grandes sabios, pues, Jun Batz’ y Jun Chowen en su corazón todo lo tenían claro. Sin embargo, cuando nacieron sus hermanos menores no demostraron sabiduría a causa de su envidia y sobre ellos mismos cayó el rencor que tenían en el corazón. Por ninguna otra razón fueron transformados por Junajpu e Xbalamke, quienes se mantenían todos los días solo tirando con cerbatana. No eran amados por su abuela ni por Jun Batz’ y Jun Chowen…
Junajpu y Xbalamke crecieron y también lo hicieron sus poderes; castigaron a sus hermanos mayores convirtiéndoles en monos. Junajpu y Xbalamke encontraron la pelota que su padre, Jun Junajpu, no había llevado al Xibalba, y encontraron también la cancha de pelota construida por su padre. Y estuvieron jugando por varios días, lo cual volvió a molestar a los Señores de Xibalba. Luego de muchas aventuras, Junajpu y Xbalamke descendieron al Xibalba siguiendo el mismo camino de las pruebas que sus padres recorrieran antes, pero, gracias a su astucia, sortearon los engaños y trampas que les tendieron los Señores de Xibalba y los vencieron en el juego de pelota. Pasaron la prueba de las antorchas y los cigarros encendidos engañando a los Señores de Xibalba al hacer pasar la cola de un guacamayo como el resplandor de una antorcha, con luciérnagas en las puntas de sus cigarros.
… Sus nombres no serán olvidados. ¡Que así sea! Les dijeron a sus padres cuando consolaron a sus corazones. ¡Nosotros solo hemos hecho pagar su muerte, su desaparición; las penas, los tormentos que les hicieron! Este fue, pues, su mensaje de despedida, después de haber vencido a todos los de Xibalba. Luego ascendieron para acá, en medio de la claridad. De inmediato ascendieron al cielo: uno fue el Sol y el otro fue la Luna. Entonces se iluminó la bóveda del cielo, la faz de la Tierra, en el cielo se establecieron…
En los registros de los gemelos que se identifican en esculturas y pinturas, Junajpu y Xbalamke no son idénticos. Junajpu es más grande, diestro y masculino, con manchas negras en su mejilla derecha, en el hombro y en los brazos. El Sol y las astas de ciervo son los principales símbolos asociados a Junajpu, aunque a menudo ambos gemelos se asocian con símbolos de ciervos. Xbalamke es más pequeño, zurdo y a menudo con una apariencia femenina, siendo la Luna y los conejos sus símbolos. Xbalanque tiene manchas de piel de jaguar en la cara y el cuerpo.
Los gemelos también están presentes en el calendario maya, indicando su relevancia, la cual se remonta a la cultura olmeca y a los primeros estadios de la civilización maya. El mito de los gemelos se encuentra en las tradiciones de la mayoría de las culturas indígenas de América Central y América del Norte. Son parte de mitos y leyendas que cuentan cómo sus ancestros legendarios debieron superar diversas pruebas. La muerte y el renacimiento está sugerida en la representación de los gemelos en la forma de hombre pez. En muchas culturas mesoamericanas los dioses peces son embriones humanos flotando en un lago mítico.
Fuentes
Aleksandar Boskovic. The Meaning of Maya Myths. Anthropos 84 (1/3) (1989): 203–12.
Bettina L. Knapp. The Popol Vuh: Primordial Mother Participates in the Creation. Confluencia 12.2 (1997): 31–48.
Luis Enrique Sam Colop. Popol Wuj CHOLSAMAJ, Guatemala, 2008. ISBN 978-99922-53-70-0 https://popolmayab.files.wordpress.com/2018/10/popol-wuj-kaxlan-tzij.pdf
Mary E. Miller, Karl Taube. An Illustrated Dictionary of the Gods and Symbols of Ancient Mexico and the Maya. Thames and Hudson, London, 1997.
Patricia Gilman, Marc Thompson, Kristina Wyckoff. Ritual Change and the Distant: Mesoamerican Iconography, Scarlet Macaws, and Great Kivas in the Mimbres Region of Southwestern New Mexico. American Antiquity 79 (1) (2014): 90–107.
Robert J. Sharer. The Ancient Maya. Sexta edición, Stanford University Press, Stanford, California, 2006.