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La decimotercera enmienda de la constitución de los Estados Unidos abolió formalmente la esclavitud en los Estados Unidos de América. Fue aprobada por el Congreso de los Estados Unidos pocos meses después de finalizar la Guerra de Secesión, y también abolió la imposición de trabajo no voluntario excepto cuando se tratase del cumplimiento de una pena por un delito. La decimotercera enmienda fue aprobada el 31 de enero de 1865 y ratificada por los estados de la unión el 6 de diciembre de 1865. El texto de la enmienda establece en su primera sección:
Ni la esclavitud ni el trabajo no voluntario, excepto como castigo por un delito por el cual la parte haya sido debidamente condenada, existirá dentro de los Estados Unidos o en cualquier lugar sujeto a su jurisdicción.
Y en su segunda sección:
El Congreso tendrá poder para hacer cumplir este artículo mediante la legislación apropiada.
La decimotercera enmienda fue, junto a decimocuarta y a la decimoquinta, la primera de una serie de tres enmiendas del llamado «Período de Reconstrucción», adoptadas tras el fin de la guerra civil. La Declaración de Independencia de los Estados Unidos, proclamada en 1776, y la Constitución de los Estados Unidos, promulgada en 1789 enfatizaban las nociones de libertad e igualdad como los fundamentos en la concepción las relaciones sociales, pero la decimotercera enmienda es la primera mención explícita en la carta magna sobre la esclavitud.
La esclavitud y el comercio de personas eran legales en las trece colonias estadounidenses desde el siglo XVII. De hecho, muchos de los padres fundadores de la nación, aunque tenían alguna opinión crítica sobre la esclavitud, eran propietarios de esclavos. En 1807 el presidente Thomas Jefferson promulgó una ley que prohibía la importación de esclavos, pero la esclavitud siguió teniendo un amplio desarrollo hasta el comienzo de la guerra civil en 1861, particularmente en los estados del sur de los Estados Unidos. Se estima que al comienzo de la guerra civil unos cuatro millones de personas, alrededor del 13 % de la población total de los Estados Unidos, eran esclavos, mayoritariamente en los quince estados ubicados al sur del límite entre los estados del norte y del sur de los Estados Unidos. La mayoría de ellos eran negros.
A pesar de su rechazo a la esclavitud, el presidente de los Estados Unidos, Abraham Lincoln, fue vacilante a la hora de enfrentarse a ella. En un último esfuerzo por evitar la guerra civil en 1861, Abraham Lincoln, entonces presidente electo, apoyó implícitamente la llamada enmienda Corwin, una enmienda constitucional que no fue ratificada y que habría prohibido al gobierno federal de los Estados Unidos abolir la esclavitud en los estados donde no se había abolido hasta ese momento.
En 1863, cuando aún no se había decidido el resultado de la guerra, Abraham Lincoln decidió que otorgar la libertad a los esclavos de los estados del sur paralizaría la economía de los once estados confederados y ayudaría a ganar la guerra. En su conocida proclamación de la emancipación ordenaba que todos los esclavos en esos estados «después en rebelión contra los Estados Unidos sean entonces y en adelante, y para siempre, libres». Sin embargo, dado que sólo se aplicaba a las áreas de los estados confederados que aún no estaban bajo el control de la Unión, la proclamación por sí sola no ponía fin por completo a la esclavitud en los Estados Unidos. Para ello se requería una enmienda constitucional que aboliera y prohibiera para siempre la institución de la esclavitud.
La decimotercera enmienda de la constitución de los Estados Unidos
El camino hacia la promulgación de la decimotercer enmienda comenzó en abril de 1864 cuando fue aprobada por el Senado de los Estados Unidos con la mayoría especial requerida de dos tercios. Pero la aprobación de la enmienda se atascó en la Cámara de Representantes, donde se enfrentó a la oposición de una cantidad significativa de diputados demócratas que veían en la abolición de la esclavitud por el gobierno federal una violación de los derechos y poderes reservados a los estados.
Cuando el Congreso de los Estados Unidos cerró sus sesiones en julio de 1864 en vista de la inminente elección presidencial, la aprobación de la decimotercera enmienda era dudosa. Con la ayuda de su creciente popularidad, apoyada en las recientes victorias militares de la Unión, Abraham Lincoln ganó fácilmente la reelección ante su rival demócrata, el general George McClellan. Debido a que las elecciones se desarrollaron durante la guerra civil, no se realizaron en los estados que se habían separado de la Unión.
El congreso de los Estados Unidos se volvió a reunir en diciembre de 1864 y los republicanos, con mucho poder debido a la aplastante victoria de Abraham Lincoln, impulsaron la aprobación de la decimotercera enmienda, ya aprobada en el Senado. El propio Abraham Lincoln presionó a los representantes demócratas de los estados fronterizos leales a la Unión para que cambiasen su voto negativo y así poder aprobar la enmienda. A todos les recordaba, tanto aliados como rivales políticos, lo siguiente: «dejo que usted determine cómo se hará; pero recuerde que soy el presidente de los Estados Unidos, revestido de un inmenso poder, y espero obtener esos votos». Y lo hicieron. El 31 de enero de 1865 la Cámara de Representantes de los Estados Unidos aprobó, en una ajustada votación, la decimotercera enmienda por 119 votos contra 56, superando por muy pocos votos los dos tercios requeridos.
El 1 de febrero de 1865 Abraham Lincoln ordenó que se remitiera la enmienda a los estados para su ratificación conjunta. Durante el año 1865 casi todos los estados del norte y una cantidad suficiente de los estados del sur habían ratificado la enmienda, de modo que era posible su adopción final. Abraham Lincoln fue asesinado el 14 de abril de 1865, por lo que no pudo asistir a la ratificación final de la decimotercera enmienda, que se concretó el 6 de diciembre de 1865.
Pero continuó la segregación racial
Las normas que incluían discriminación racial continuaron vigentes aún después de que la decimotercera enmienda aboliera formalmente la esclavitud en los Estados Unidos, adaptándose a la nueva realidad. Es el caso de los Black Codes, los Códigos Negros. Estos eran un conjunto de normas dictadas por los gobiernos estatales, de validez local, que limitaban los derechos de las personas de raza negra. Se comenzaron a implementar en la década de 1830 y estuvieron vigentes en muchos casos hasta bien avanzado el siglo XX, cuando el movimiento por los derechos civiles logró que se abolieran.
Durante el llamado Período de Reconstrucción que siguió a la terminación de la guerra civil, los Códigos Negros fueron en la práctica una forma de legalizar la discriminación racial y de aplicar la segregación racial, a pesar de haberse promulgado la decimotercera enmienda. Los Códigos Negros limitaban la incidencia política de la población negra, controlaban su trabajo y actividades, limitaban los desplazamientos de los que habían sido esclavos, e incluso establecían la servidumbre generada por deudas. Se establecía un control del trabajo de los antiguos esclavos mediante multas y castigos corporales, para así asegurar mano de obra barata para los blancos. El primer estado en adoptar estas normas fue Texas, en 1866, y le siguieron otros estados del sur de los Estados Unidos. Los Códigos Negros ampliaron después su alcance a temas como el derecho al sufragio, el uso de instalaciones públicas, el acceso a la educación y muchas otras cuestiones sociales que se incorporaron incluso en la legislación a través del conjunto de leyes conocido como las leyes de Jim Crow.
Con la ley de Derechos Civiles aprobada en 1964 y la ley de Derechos Electorales promulgada en 1965 como parte del programa de reformas sociales del presidente Lyndon B. Johnson se produjo un punto de inflexión en la larga lucha por los derechos civiles en los Estados Unidos, situación social cuyos efectos se sienten aún hoy.
Fuentes
13th Amendment to the U.S. Constitution: Abolition of Slavery (1865). Ourdocuments.gov. Consultado septiembre de 2021.
Crofts, Daniel W. Lincoln and the Politics of Slavery: The Other Thirteenth Amendment and the Struggle to Save the Union. The University of North Carolina Press, Chapel Hill, N.C., 2016.
Foner, Eric. The Fiery Trial: Abraham Lincoln and American Slavery. W.W. Norton, New York, 2010.
Goodwin, Doris Kearns. Team of Rivals: The Political Genius of Abraham Lincoln. Simon & Schuster, New York, 2006.
The 13th Amendment: Slavery and Involuntary Servitude. National Constitution Center – Constitutioncenter.org.