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Los kapos o capos de los campos de concentración nazis eran prisioneros que colaboraban con la policía política del Tercer Reich, la Schutzstaffel o SS, para cumplir distintas funciones administrativas y de control del resto de los prisioneros. Se trataba de un sistema de autogobernanza supervisada en los campos de concentración inventado por Heinrich Himmler.
Los kapos, llamados funktionshäftlinge («prisonero funcionario» en alemán) por los miembros de la SS , no eran prisioneros ordinarios, ya que gozaban de considerable poder dentro de los campos de concentración. Este poder lo blandían en algunos casos con puño de hierro en contra de los demás prisioneros, llegando en algunos casos a ser incluso más crueles que los miembros de la SS. Sin embargo, también hubo algunos que utilizaron ese poder en beneficio de sus compañeros en lugar de en beneficio propio.
La función de los funktionshäftlinge
Desde muchos puntos de vista, los kapos formaban una parte esencial del funcionamiento de la máquina genocida nazi. Eran los engranajes que permitían aliviar el trabajo a los policías SS y demás funcionarios alemanes, a la vez que mantenían controlados a cientos de miles de prisioneros que de lo contrario hubieran sido imposibles de manejar.
En pocas palabras, el sistema permitía a un número relativamente pequeño de oficiales de la SS controlar a un gigantesco número de personas.
Estructura administrativa del sistema de kapos
El sistema de kapos estaba diseñado en base a una jerarquía organizacional. Como en cualquier cuerpo militar u organización en la que exista una línea de mando, en los campos de concentración nazis como Auschwitz existió toda una jerarquía de kapos relativamente compleja.
En primer lugar, existía un sistema de kapos que llevaba la administración general del campo. Era algo así como la gerencia general del campamento de concentración. Algunos de los “cargos” que podían ocupar eran:
- Decano del campamento (a veces llamado decano de los judíos).
- Secretarios de campamento.
- Anciano de campamento.
- Kapos jefes.
- Kapos de comandos especiales como kapos de revistas, de cocinas y de talleres, etc.
Además existía un sistema similar de kapos, pero de menor jerarquía, dentro de cada bloque del campo de concentración. Es decir, también existían en cada bloque los cargos siguientes:
- Secretario de bloque.
- Anciano de bloque o de la sala.
- Jefe del bloque.
- Peluquero de bloque.
- Encargado de la sala, etc.
¿Por qué las SS necesitaban a los kapos?
Desde el punto de vista práctico, la principal razón para la existencia de los kapos era la necesidad de supervisar de cerca a un gran número de prisioneros sin la necesidad de asignar más personal de las SS a cada campo de concentración. El papel principal que cumplían era el de servir de mano derecha de las SS, extendiendo el dominio de dicho cuerpo policial y político dentro de la intrincada comunidad que formaba el inmenso número de reclusos.
Además de esto, los kapos también aliviaban considerablemente el trabajo de los oficiales asignados a cada campo, permitiéndoles trabajar en un horario cómodo y holgado y, además, dejándoles tiempo para distintas actividades de ocio y entretenimiento.
De acuerdo a algunos historiadores, aparte de toda su monstruosidad como ser humano, Himmler resultó ser un excelente administrador de las personas a su cargo, pues procuró proporcionar a los oficiales y demás miembros de las SS todas las comodidades posibles para que enfocaran su trabajo en los campos de concentración como algo natural.
El mismo hecho de que algunos kapos se dedicaran a torturar, intimidar y asesinar a otros prisioneros reducía considerablemente el peso con el que debía cargar las SS, haciendo los horrores un poco más tolerables y hasta «explicables»: la lógica genocida justificaba así la «solución final» del «problema» judío como una «autoeliminación».
¿Supervivientes o criminales?
Mientras que algunos prisioneros eran forzados sin posibilidad de negativa (salvo la ejecución) a ejercer el rol de funktionshäftlinger o kapo, otros lo hacían de buena gana. Esto se debe a que los kapos gozaban de muchos beneficios que les eran negados a los demás prisioneros. En términos generales, los kapos estaban en comparación mucho mejor que los demás prisioneros, aunque, por su puesto, no como los alemanes.
Gracias a su poder, y muchas veces a su crueldad «premiada», los kapos recibían mejor comida y también se les permitía ejercer el comercio de bienes que o bien robaban a los demás reclusos para beneficio propio, o bien comerciaban con ellos para su beneficio y, en algún caso, de sus compañeros de campo.
Sin duda hubo algunos kapos que dejaron aflorar innecesariamente su crueldad durante la guerra, y quedaron en los anales de la historia como los criminales que fueron. Sin embargo, en general se considera a la mayoría de los judíos y demás prisioneros que ejercieron distintos roles como kapos en los campos de concentración durante el Tercer Reich son auténticas víctimas supervivientes al terrible genocidio.
En efecto, hay historiadores que opinan que, además del asesinato de más de 6 millones de judíos, una de las peores atrocidades que cometieron los alemanes bajo el mando de Adolf Hitler fue involucrar a los mismos prisioneros en la matanza, pretendiendo eliminar la línea entre víctimas y vergugos y obligándolos a cargar con parte de la culpa para alimentar la falacia de la autodestrucción de un «pueblo maldito», el pueblo judío. Sin embargo, está claro que, si bien algunos kapos pudieron actuar por voluntad propia, la mayoría de ellos se vieron forzados, siendo otras víctimas más del Holocausto.
¿Qué sucedió con los kapos en la posguerra?
Algunos de los kapos de los campamentos de concentración, en especial los más crueles, fueron linchados por los demás prisioneros tras la liberación por los ejércitos aliados. Otros que no sufrieron este destino fueron juzgados como criminales de guerra y unos pocos fueron condenados a cadena perpetua o a muerte, mientras que muchos más quedaron en libertad y nunca tuvieron que afrontar un tribunal.
Por otro lado, muchos kapos también estuvieron involucrados en los juicios de guerra a los oficiales de las SS como testigos presenciales imprescindibles, puesto que gozaron de una visión mucho más completa y profunda del funcionamiento de los campos de concentración. Desde su posición relativamente privilegiada, los kapos pudieron dar testimonio del funcionamiento interno y organizativo de campos de concentración. Un ejemplo es el relato del entonces secretario del campo de Mauthausen y exdirector del memorial de dicho campo de concentración, Hans Marsálek.
Los funktionshäftlinge versus los sonderkommandos
Además del trabajo administrativo en los campos de concentración, los alemanes también tenían la necesidad de contar con personal que se encargara del trabajo sucio del genocidio de cientos de miles de personas. Este trabajo lo llevaban a cabo otro grupo de prisioneros a quienes los alemanes de las SS denominaron sonderkommandos, «comandos especiales».
Esto prisioneros se distinguían de los kapos en que su trabajo principal era mantener en funcionamiento la maquinaria de asesinato masivo más terrible jamás creada en la historia: las cámaras de gases en los campos de exterminio y los respectivos crematorios para disponer de los cuerpos de los muertos.
El trabajo de los comandos especiales era realmente terrible. Debían guiar a sus propios compañeros de cautiverio, muchas veces miembros de su propia familia, hacia las cámaras de gases donde morirían envenenados con el gas denominado Zyklon-B. Primero los obligaban a desnudarse y después los conducían a la cámara de gas. Una vez terminado el proceso de exterminio del grupo en la cámara, tenían que llevarse los cuerpos para extraer cualquier cosa de valor que pudieran encontrar, desde rellenos dentales de oro, sortijas o cualquier otra cosa, para que los alemanes pudieran valorarlas. Después llevaban los cuerpos al horno crematorio, donde los incineraban.
A pesar de que los sonderkommandos, al igual que los funktionshäftlinge, gozaban de mejores condiciones que los demás prisioneros, la suya era una vida de constante zozobra y miedo. Si un oficial de las SS encontraba algo de valor aún en un cadáver antes de arrojarlo a la hoguera, castigaban ferozmente al sonderkommando que había cometido el «error», en algunos casos asesinándolo en el sitio, y otros casos particularmente perturbadores, arrojándolos vivos al crematorio.
Gracias a los sonderkommandos de Auschwitz y de otros campos de concentración se conoce en detalle el funcionamiento de la maquinaria alemana de exterminio que fue empleada en el proceso de la denominada “solución final” del «problema judío» que se mencionó previamente.
Referencias
Antón, J. (2013, 8 junio). El ocio de los verdugos nazis. El País. https://elpais.com/cultura/2013/06/08/actualidad/1370711492_293269.html
BBC News Mundo. (2020, 26 enero). Liberación de Auschwitz: la dramática historia de los Sonderkommandos, los judíos forzados a trabajar en las cámaras de gas durante el Holocausto. https://www.bbc.com/mundo/noticias-51246775
Mauthausen Memorial. (2020, 27 octubre). Das System der Funktionshäftlinge. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=Am8z_ldc4qw
U H. (2018, 6 mayo). Die roten Kappos von Buchenwald. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=mzVQ9r5c4PE
United States Holocaust Memorial Museum. (s. f.). Sistema de clasificación en los campos de concentración nazis. Enciclopedia del Holocausto. https://encyclopedia.ushmm.org/content/es/article/classification-system-in-nazi-concentration-camps
Urgente. (2019, 6 mayo). Kapos, un tema que muchos judíos no quieren abordar. Urgente24. https://urgente24.com/foco/memoria/kapos-un-tema-que-muchos-judios-no-quieren-abordar