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La doctrina Monroe se suele sintetizar con la sentencia «América para los americanos». Elaborada por John Quincy Adams, quien la presentó fue el presidente norteamericano James Monroe en su sexto discurso al Congreso en diciembre de 1823. La doctrina planteaba la oposición a la restauración del colonialismo de las naciones europeas, España particularmente, en las naciones de América del Sur que se habían independizado. También establecía que una intervención de los países coloniales sería interpretada como un acto hostil.
La doctrina Monroe se planteó en relación a una situación política concreta pero se transformó en una política de Estado vigente durante varias décadas. Aunque fue plateada por James Monroe, quien la elaboró e impulsó fue John Quincy Adams, quien fuera secretario de Estado del presidente Monroe y posteriormente presidente de los Estados Unidos.
Al principio del siglo XIX, Estados Unidos y Haití eran los dos únicos países independientes en el continente americano; fue entonces cuando comenzaron los procesos que llevaron a la independencia de las colonias españolas en América Latina. Si bien los líderes políticos de los Estados Unidos dieron buena acogida a las nuevas naciones, se extendía el temor de que su independencia no pudiese sostenerse en el tiempo. Por eso, cuando Francia invadió España en 1823 para sostener a Fernando VII, se creyó que Francia también ayudaría a España a recuperar sus colonias en América del Sur. El gobierno británico concibió la idea de que Francia y España se aliaran con ese objetivo, por lo que su Ministerio de Relaciones Exteriores preguntó al embajador estadounidense qué medidas tomarían al respecto. En ese momento John Quincy Adams estaba negociando el tratado Adams-Onis con España, el cual incorporaría Florida a los Estados Unidos.
John Quincy Adams
El embajador estadounidense en Londres propuso que el gobierno de Estados Unidos cooperara con Inglaterra en el rechazo de la posibilidad de que España tratara de recuperar sus antiguas colonias en América Latina. El presidente Monroe consultó a los ex presidentes Thomas Jefferson y James Madison sobre la situación y ambos coincidieron en aprobar una alianza con los ingleses en este tema. Sin embargo, John Quincy Adams no estuvo de acuerdo; en una reunión de gabinete, el 7 de noviembre de 1823, argumentó a favor de que el gobierno de los Estados Unidos emitiera una declaración unilateral.
John Quincy Adams había sido diplomático en Europa y tenía una visión más amplia de la situación política. No solo le preocupaba lo que estaba pasando en América Latina, sino que también consideraba la situación de la costa oeste de América del Norte. El gobierno ruso reclamaba un territorio en la costa noroeste del Pacífico que se extendía hasta el sur del actual estado de Oregón. Su lógica fue que al emitir una firme declaración unilateral se advertía también que los Estados Unidos no permitirían la injerencia de otros países en América del Norte.
La doctrina Monroe
Este fue el marco político de la declaración de esta doctrina de política exterior. El presidente Monroe incluyó la doctrina en un largo mensaje al Congreso de los Estados Unidos el 2 de diciembre de 1823, junto con otros temas como informes financieros de varios sectores gubernamentales. En diciembre de 1823, los periódicos de los Estados Unidos publicaron el texto completo del mensaje al Congreso, así como varios artículos sobre la declaración sobre política exterior. La parte central de la doctrina Monroe sobre política exterior de los Estados Unidos afirmaba: «deberíamos considerar cualquier intento de injerencia exterior a cualquier parte de este hemisferio como una amenaza a nuestra paz y seguridad».
La recepción de la prensa ante la declaración de la doctrina fue dispar. El Salem Gazette de Massachusetts dijo que la declaración ponía en peligro la paz y la prosperidad de la nación. Sin embargo, otras publicaciones la apoyaron, como el Haverhill Gazette, también de Massachusetts.
La declaración de política exterior incluida en el mensaje del presidente Monroe al Congreso no tuvo correlato en hechos concretos, ya que no hubo intervenciones de países europeos en América del Sur. Sin embargo, dos décadas después, el presidente James K. Polk reafirmó la doctrina Monroe en su mensaje anual al Congreso como parte de la intensión de los Estados Unidos de ampliar su extensión a las costas de los dos océanos.
La doctrina Monroe fue parte esencial de la política exterior de los Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XIX y hasta bien avanzado el siglo XX, como expresión del dominio de los Estados Unidos en el continente americano.
Fuentes
Mignolo, Walter. La colonialidad a lo largo y a lo ancho: el hemisferio occidental en el horizonte colonial de la modernidad. CLACSO, Buenos Aires, 2000.
The Editors of the Encyclopaedia Britannica. Monroe Doctrine: History, Sumary, & Significance. Encyclopaedia Britannica.