Tabla de Contenidos
Hernando Pizarro nació en la ciudad de Trujillo, en Extremadura, España, entre 1502 y 1503. Fue el único hijo varón legítimo del capitán Gonzalo Pizarro y Rodríguez de Aguilar, y de Isabel de Vargas y Rodríguez de Aguilar, que eran primos. Por parte de su padre, fue medio hermano de Francisco, Gonzalo y Juan Pizarro. Siendo muy joven participó de las guerras de Italia y de Navarra, recibiendo en esta última el grado de capitán. Al morir su padre en 1522 recibió el encargo testamentario de velar por la educación de sus hermanos menores, Juan y Gonzalo. Participó junto a sus hermanos en la expedición comandada por su hermano mayor, Francisco Pizarro, quien fue clave en la conquista del imperio incaico, en el actual Perú. Hernando fue el lugarteniente más importante de su hermano Francisco y como tal recibió una gran parte de las ganancias de la conquista. Luego participó en las guerras civiles entre los conquistadores. También derrotó y ejecutó personalmente a Diego de Almagro, por lo que fue encarcelado en España.
Su viaje a las Américas
Cuando su hermano mayor Francisco regresó a España en 1528 buscando reclutar hombres para una expedición de conquista, Hernando se unió junto a sus hermanos Gonzalo y Juan, y a su medio hermano ilegítimo Francisco Martín de Alcántara. Francisco ya se había hecho un nombre en el Nuevo Mundo y era uno de los principales ciudadanos españoles de Panamá; sin embargo, soñaba con una gran campaña de conquista como la de Hernán Cortés en México.
Los hermanos Pizarro viajaron a las Américas y organizaron una expedición partiendo de Panamá en diciembre de 1530. Desembarcaron en lo que hoy es la costa de Ecuador y comenzaron sus actividades desplazándose por la costa hacia el sur, hacia el actual Perú; en su camino, observaron las expresiones de una cultura rica y poderosa. En noviembre de 1532 los conquistadores se adentraron en el continente llegando a la ciudad de Cajamarca, donde tuvieron un golpe de suerte. El gobernante del Imperio inca, Atahualpa, acababa de derrotar a su hermano Huáscar en una guerra civil y se encontraba en Cajamarca. Los españoles persuadieron a Atahualpa para que les concediera una audiencia; lo traicionaron y capturaron el 16 de noviembre, matando a muchos de sus hombres y sirvientes.
El saqueo de los incas
Los españoles comenzaron con el saqueo manteniendo a Atahualpa cautivo y pidiéndole un rescate extravagante que el gobernante inca aceptó: llenar habitaciones con oro y plata. Por entonces, Hernando era el lugarteniente de mayor confianza de su hermano; otros tenientes eran Hernando de Soto y Sebastián de Benalcázar.
Durante estos días, los conquistadores españoles escucharon historias sobre grandes riquezas en el templo de Pachacamac, ubicado relativamente cerca de la actual Lima. Francisco Pizarro le asignó a Hernando la tarea de encontrar el templo. Hernando y un grupo de jinetes encontraron el templo en tres semanas, pero se decepcionaron al descubrir que no había mucho oro allí. En el camino de regreso Hernando convenció a Chalcuchima, uno de los principales generales de Atahualpa, de acompañarlo de regreso a Cajamarca; así fue capturado Chalcuchima, acto que neutralizó la gran amenaza de rebelión.
En junio de 1533 los españoles habían conseguido una enorme fortuna en oro y plata con el saqueo de los incas; eran cantidades de metales preciosos que no se habían visto hasta entonces. Fue entonces que Hernando Pizarro, bajo órdenes del gobernador real, acudió a Sevilla para llevar el quinto real, que era la participación de la corona en las ganancias de los conquistadores: la quinta parte de todo lo obtenido. Partió el 13 de junio de 1533 y llegó a España el 9 de enero de 1534. El rey Carlos V lo recibió personalmente y otorgó generosas concesiones a los hermanos Pizarro. Algunas de las piezas del tesoro aún no se había derretido para extraer el oro y la plata y hubo obras de arte incas originales que se expusieron al público por un tiempo.
Hernando reclutó más conquistadores y regresó al Perú.
La codicia de los conquistadores
En los años siguientes, Hernando continuó siendo el lugarteniente más leal de su hermano Francisco. A raíz de conflictos en la división del botín y de las tierras conquistadas, los hermanos Pizarro tuvieron un violento enfrentamiento con Diego de Almagro, que había sido parte importante en la primera expedición. Y entonces estalló una guerra civil entre los partidarios de los hermanos Pizarro y los de Diego de Almagro. En abril de 1537 Almagro capturó Cuzco, donde estaban Hernando y Gonzalo Pizarro. Gonzalo escapó y Hernando fue liberado más tarde como parte de las negociaciones para poner fin a los combates. Una vez más, Francisco asignó a Hernando una tarea sensible, dándole un gran contingente del ejercito de conquistadores para luchar contra Almagro. Hernando derrotó a Diego de Almagro en la batalla de Salinas, el 26 de abril de 1538. Tras un juicio sumario, Hernando conmocionó a todo el Perú español ejecutando a Diego de Almagro el 8 de julio de 1538.
En abril de 1539 Hernando Pizarro volvió a España para entregar el quinto real a la corona y para dar explicaciones sobre la ejecución de Diego de Almagro, quien era el gobernador de Nueva Toledo. Al llegar a España comenzaron sus problemas con la justicia, agudizados por su falta de dinero, ya que le habían embargado gran parte del dinero repatriado. Los almagristas lo acusaban de ser el causante de las rebeliones de Manco Cápac y de Diego de Almagro, así como de la ejecución de Almagro.
Tres meses después, la situación de Hernando empeoró a raíz del asesinato de su hermano Francisco en su palacio de Lima, junto a Francisco Martín de Alcántara (ya Juan Pizarro había muerto combatiendo en 1536 y Gonzalo Pizarro fue ejecutado por traición a la corona española en 1548). La corona encarceló a Hernando Pizarro, quien pasó casi dos décadas en prisión, desde 1540 a 1559; los primeros años en Madrid y el resto en el castillo de Medina del Campo.
El 20 de abril de 1562, luego de más de dos décadas de pleitos y apelaciones, se dictó la sentencia definitiva por la que se le obligó al pago de diversas indemnizaciones, entre ellas 2.000 ducados a los hospitales del Perú. De todas formas, Hernando tuvo una situación de reclusión privilegiada que le permitió gestionar su patrimonio e incluso tener una amante. Hernando fue el albacea de su hermano Francisco y se quedó con la mayor parte del botín al casarse con su sobrina Francisca, la única hija sobreviviente de Francisco, con la que tuvo cinco hijos. El rey Felipe II liberó a Hernando y se trasladó junto Francisca a la ciudad de Trujillo, donde construyó un palacio que actualmente es un museo. Hernando Pizarro murió en 1578.
La importancia histórica de Hernando Pizarro
Hernando Pizarro fue un actor relevante en dos grandes acontecimientos históricos en el Perú: la conquista del Imperio inca y las brutales guerras civiles entre los conquistadores. Como mano derecha de su hermano Francisco, Hernando ayudó a los hermanos Pizarro a convertirse en la familia más poderosa del Nuevo Mundo en 1540. Se le consideraba el más amable de los hermanos Pizarro; fue por esta razón que lo enviaron a la corte española para asegurar privilegios para de la familia Pizarro. Tenía mejores relaciones con los nativos peruanos que sus hermanos; Manco Inca, un gobernante títere instalado por los españoles, confiaba en Hernando Pizarro, aunque despreciaba a Gonzalo y Juan Pizarro.
En las guerras civiles entre los conquistadores, Hernando obtuvo la crucial victoria contra Diego de Almagro, derrotando así al mayor enemigo de la familia Pizarro. La ejecución de Almagro fue probablemente un error, ya que el rey había elevado a Almagro a la categoría de noble. Hernando pagó su error pasando 20 años en prisión.
Fuentes
Esteban Mira Caballos. Hernando Pizarro y la perpetuación de su linaje. Un testamento desconocido de 1557 – CHDE Trujillo Coloquios Históricos de Extremadura, 2014.
John Hemming. The Conquest of the Inca. Pan Books, London, 2004.
Thomas C. Patterson. The Inca Empire: The Formation and Disintegration of a Pre-Capitalist State. Berg Publishers, New York, 1991.