Biografía de Álvaro Obregón; general y presidente de México

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Granjero, general y presidente, Álvaro Obregón Salido fue una figura clave en la Revolución mexicana junto a Pancho Villa, Emiliano Zapata y Venustiano Carranza.

Álvaro Obregón Salido
Álvaro Obregón Salido

Álvaro Obregón Salido nació en Huatabampo, Sonora, México. Su padre, Francisco Obregón, había perdido gran parte de la riqueza familiar cuando apoyó al emperador Maximiliano durante la intervención francesa en México en la década de 1860. Francisco murió cuando Álvaro era un niño, por lo que Álvaro fue criado por su madre, Cenobia Salido. La familia tenía muy poco dinero pero los hijos de Cenobia tuvieron todo su apoyo y la mayoría de los hermanos de Álvaro se convirtieron en maestros.

Álvaro era un trabajador dedicado y tenía reputación de tener una inteligencia inusual. Aunque tuvo que abandonar la escuela, era habilidoso en varios oficios incluyendo la fotografía y la carpintería. En su juventud usó sus ahorros para comprar una granja quebrada de garbanzos, la cual con mucho esfuerzo convirtió en un negocio rentable. Eventualmente Álvaro inventó su propia cosechadora de garbanzos, la cual fabricaba y vendía a otros agricultores.

Álvaro Obregón y la Revolución de México

A diferencia de casi todas las otras figuras importantes de la Revolución mexicana, Álvaro Obregón no se opuso al dictador Porfirio Díaz desde el principio. Obregón observó el desarrollo las primeras etapas de la Revolución desde Sonora. Tras incorporarse a la lucha, a menudo se lo acusaba de ser un oportunista que se había integrado tardíamente.

Para la época en la que Álvaro Obregón se integró a la Revolución, Porfirio Díaz ya había sido derrocado, y el principal líder de la insurrección, Francisco Madero, era presidente. Al mismo tiempo comenzaron varios conflictos entre los dirigentes revolucionarios. Los enfrentamientos entre las distintas facciones durarían más de diez años, configurándose alianzas temporarias que devenían en claudicaciones.

Los comienzos de la carrera militar de Álvaro Obregón Salido

Álvaro Obregón se incorporó a la revolución en 1912, dos años después de su comienzo, combatiendo en el norte de México en las filas del presidente Francisco I. Madero, quien luchaba contra su antiguo aliado revolucionario, Pascual Orozco. Álvaro Obregón reclutó una fuerza de unos 300 soldados y se puso al mando del general Agustín Sangines. Impresionado por el joven e inteligente sonorense, el general Sangines rápidamente lo ascendió a coronel.

Obregón derrotó a un contingente de las fuerzas de Orozco comandado por el general José Inés Salazar en la batalla de San Joaquín. Poco después Pascual Orozco huyó a los Estados Unidos. Tras la derrota de Orozco, Obregón regresó a su granja a cultivar garbanzos.

Cuando Madero fue depuesto y ejecutado por Victoriano Huerta en febrero de 1913, Obregón volvió a tomar las armas, esta vez contra el nuevo dictador y sus fuerzas federales. Ahí se puso a las órdenes del gobierno del estado de Sonora.

Álvaro Obregón demostró ser un general muy hábil y su ejército capturó varios pueblos de Sonora controlados por las fuerzas federales. Sus filas aumentaron con nuevos reclutas y soldados federales desertores, y ya en el verano de 1913 Obregón era la figura militar más importante en Sonora.

Su alianza con Venustiano Carranza

Cuando el maltrecho ejército del líder revolucionario Venustiano Carranza quedó varado en Sonora, Obregón les dio la bienvenida. Por esto, Carranza encumbró a Obregón como comandante militar supremo de todas las fuerzas revolucionarias en el noroeste de México en septiembre de 1913.

Venustiano Carranza
Venustiano Carranza

Obregón no sabía qué hacer con Carranza, un patriarca de larga barba que se había auto proclamado audazmente como el primer jefe de la Revolución mexicana. Álvaro Obregón vio, sin embargo, que Venustiano Carranza era hábil y tenía conexiones, por lo que decidió aliarse con él. Fue una decisión inteligente y conveniente para ambos. La alianza entre Carranza y Obregón derrotó primero a Victoriano Huerta, y luego a Pancho Villa y a Emiliano Zapata antes de deshacerse en 1920.

El 23 de junio de 1914 el ejército de Pancho Villa aniquiló al ejército federal de Victoriano Huerta en la batalla de Zacatecas. De unos 12.000 soldados federales que combatieron en Zacatecas esa mañana, sólo unos 300 quedaron tambaleándose en la vecina Aguascalientes en los siguientes días. Con el objetivo de vencer a Villa, su rival en la revolución, en Ciudad de México, Álvaro Obregón derrotó a las tropas federales en la Batalla de Orendain y capturó Guadalajara el 8 de julio de 1914. Rodeado, Huerta renunció el 15 de julio y Obregón venció a Villa a las puertas de Ciudad de México, que conquistó para el bando de Venustiano Carranza el 11 de agosto de 1914.

El político y estratega

Álvaro Obregón fue un hábil negociador y diplomático. Se destacó por reclutar indios yaquis rebeldes, asegurándoles que trabajaría para devolverles sus tierras, por lo que se convirtieron en tropas valiosas para su ejército. Demostró su habilidad militar innumerables veces, devastando a las fuerzas de Huerta dondequiera que las encontrara.

Durante el intervalo en los combates en el invierno de 1913 a 1914, Obregón modernizó su ejército, incorporando técnicas militares de conflictos contemporáneos como las guerras de los bóeres en Suráfrica a finales del siglo XIX. Fue un pionero en el uso de trincheras, alambres de púas y agujeros de zorro (posiciones de combate escavadas en el piso). A mediados de 1914, Obregón compró aviones a los Estados Unidos y los utilizó para atacar a las fuerzas federales y a sus cañoneras o barcos armados con cañones. Esta fue una de las primeras veces en las que se utilizaron aviones con fines bélicos; debido a la tecnología de la época, fueron eficaces pero poco prácticos.

Luego de que Victoriano Huerta abandonara el gobierno y Álvaro Obregón ocupara Ciudad de México el 11 de agosto de 1914, fue tarea de los vencedores tratar de reunificar al país. Obregón visitó a Pancho Villa en dos ocasiones, en agosto y septiembre de 1914, pero Villa secuestró al sonorense y lo retuvo durante unos días, amenazando con ejecutarlo.

Finalmente lo liberó, pero el incidente convenció a Álvaro Obregón que Villa era un cabo suelto y era necesario eliminarlo. Álvaro Obregón regresó a la Ciudad de México y renovó su alianza con Venustiano Carranza.

La Convención de Aguascalientes

En octubre de 1914 los vencedores de la facción revolucionaria de Victoriano Huerta se reunieron en la Convención de Aguascalientes. Asistieron 57 generales y 95 oficiales. Pancho Villa, Venustiano Carranza y Emiliano Zapata enviaron representantes, pero Álvaro Obregón fue personalmente.

La convención duró alrededor de un mes y fue caótica. Los representantes de Venustiano Carranza insistieron en que debía otorgársele el poder absoluto y se negaron a ceder. Los de Emiliano Zapata instaron a que la convención aceptara la reforma agraria radical del Plan de Ayala. La delegación de Pancho Villa estaba compuesta por hombres cuyos objetivos personales a menudo eran contradictorios, y aunque estaban dispuestos a comprometerse por la paz, afirmaban que Villa nunca aceptaría a Carranza como presidente.

Álvaro Obregón fue el gran vencedor de la convención. Dado que fue el único de los cuatro líderes en concurrir personalmente, tuvo la oportunidad de conocer a los oficiales de sus rivales. Muchos de ellos quedaron impresionados por el sonorense, modesto e inteligente, una imagen positiva que conservaron esta imagen aun cuando muchos lucharon contra él más tarde. Algunos de los oficiales se unieron a Obregón de inmediato.

Por otro lado, el gran perdedor de la convención fue Venustiano Carranza, ya que finalmente se votó su destitución como Primer Jefe de la Revolución. La convención eligió como presidente a Eulalio Gutiérrez, quien ordenó a Carranza que renunciara, a lo cual Carranza se negó, por lo que Gutiérrez lo declaró en rebeldía. Eulalio Gutiérrez asignó a Pancho Villa la tarea de derrotarlo.

Obregón había acudido a la convención con la esperanza de un compromiso aceptable para todos y el fin del derramamiento de sangre. Ahora se veía en la situación de tener que elegir entre Carranza y Villa; eligió a Venustiano Carranza, y se llevó consigo a muchos de los delegados de la convención.

Venustiano Carranza envió a Álvaro Obregón a enfrentar a Pancho Villa. Obregón fue su mejor general y el único capaz de vencer al poderoso Villa. Además, Carranza evaluaba que existía la posibilidad de que el propio Obregón cayera en la batalla, lo que eliminaría a uno de sus rivales más importantes.

La batalla de Celaya

A principios de 1915, las fuerzas de Pancho Villa, bajo el comando de diferentes generales, dominaban el norte de México. En abril Álvaro Obregón ocupó la ciudad de Celaya. Ahora estaba al mando de las fuerzas federales y, gracias al apoyo del gobierno de Estados Unidos, tenía mejor equipamiento y armamento que Pancho Villa.

La batalla de Celaya. Unidad de artillería.
La batalla de Celaya. Unidad de artillería.

El ejército de Pancho Villa se trasladó a Celaya y el 6 de abril de 1915 comenzó el enfrentamiento. Álvaro Obregón había preparado la defensa; cavó trincheras, colocó ametralladoras y ubicó la artillería de manera ventajosa. La principal fortaleza del ejército de Villa era su caballería, pero sus sucesivos ataques fueron diezmados por las modernas ametralladoras y la artillería de Obregón, además de sus soldados ubicados en trincheras y el alambre de púas. Tras dos días de combates, Villa se replegó a Salamanca para reorganizar un ataque que se efectuó una semana después, con resultados aún peores para sus fuerzas. Obregón derrotó a Pancho Villa en forma abrumadora en la batalla de Celaya.

Luego de la victoria en Celaya, el ejército de Obregón persiguió al de Villa y lo alcanzó en Trinidad. La batalla de Trinidad duró 38 días y miles de soldados de ambos bandos murieron. En esa batalla Obregón recibió un proyectil de artillería por encima del codo que resultó en la amputación de su brazo derecho. Trinidad fue otra victoria relevante para las fuerzas de Álvaro Obregón.

Con su ejército diezmado, Villa se retiró a Sonora, donde las fuerzas leales a Venustiano Carranza lo volvieron a derrotar en la batalla de Agua Prieta. A finales de 1915, la otrora orgullosa División del Norte de Pancho Villa estaba en ruinas. Los soldados se habían dispersado, los generales se habían retirado o desertado, y el propio Villa había vuelto a las montañas con sólo unos pocos cientos de hombres.

Después de haber neutralizado la amenaza de Pancho Villa, Álvaro Obregón asumió el cargo de ministro de guerra en el gabinete de Venustiano Carranza. Aunque en apariencia era leal a Carranza, Obregón seguía siendo muy ambicioso. Como ministro de Guerra intentó modernizar el ejército y colaboró en la derrota de las mismas tribus rebeldes yaquis que lo habían apoyado durante la Revolución.

La lucha por la presidencia de México

A principios de 1917 se ratificó la nueva constitución de México y Venustiano Carranza fue elegido presidente. Obregón se retiró una vez más a su granja a cultivar garbanzos, pero siguió de cerca los acontecimientos en Ciudad de México. Se mantuvo al margen del camino de Carranza, pero sabiendo que podría ser el próximo presidente de México.

Con la vuelta de Obregón al trabajo en la granja, sus negocios florecieron. Se diversificó ampliando sus negocios a la minería y a la importación y exportación. Empleó a más de 1.500 trabajadores y era muy querido y respetado en Sonora y sus alrededores.

En junio de 1919, Álvaro Obregón anunció que se postularía para presidente en las elecciones de 1920. Venustiano Carranza, a quien no le agradaba personalmente Obregón y mucho menos confiaba en él, inmediatamente comenzó a trabajar en su contra. Carranza afirmó que pensaba que México debería tener un presidente civil, no militar. De hecho, ya había elegido a su propio sucesor, Ignacio Bonillas.

Venustiano Carranza había cometido un gran error al renegar de su trato informal con Obregón, quien había mantenido su parte al mantenerse fuera del camino de Carranza entre 1917 y 1919. La candidatura de Álvaro Obregón obtuvo inmediatamente el apoyo de importantes sectores de la sociedad. Los militares apoyaban a Obregón, al igual que la clase media, quienes se sentían representados por su historial como granjero y comerciante. También lo apoyaban los pobres, traicionados por Carranza. Además, era popular entre intelectuales como José Vasconcelos, quien lo veía como el único hombre con la influencia y el carisma para traer la paz a México.

Venustiano Carranza comete entonces un segundo error: decidió luchar contra la creciente marea a favor de Obregón y lo despojó de su rango militar. La mayoría de la gente en México vio este acto como mezquino, ingrato y puramente político.

La situación se volvió cada vez más tensa y recordó a algunos observadores al México anterior a la Revolución de 1910: un político viejo e insensible se negaba a permitir una elección justa, desafiado por un hombre más joven con nuevas ideas. Carranza sabía que no podría vencer a Álvaro Obregón en un proceso electoral, por lo que ordenó al ejército atacarlo. Obregón congregó rápidamente su propio ejército en Sonora, aún cuando varios generales del país desertaron de su causa.

Venustiano Carranza, desesperado por viajar a Veracruz para reunir apoyo a su causa, partió de Ciudad de México en un tren cargado de oro, asesores y aduladores. Las fuerzas leales a Obregón atacaron el tren, obligando al grupo a huir por tierra.

En mayo de 1920, Venustiano Carranza y un puñado de sobrevivientes del llamado Tren Dorado aceptaron el refugió que les dio el caudillo local Rodolfo Herrera en la ciudad de Tlaxcalantongo. Herrera traicionó a Carranza: mientras dormían en una tienda de campaña, asesinó al presidente y a sus asesores más cercanos. Herrera, que ahora apoyaba a Obregón, fue juzgado pero absuelto.

Tras el asesinato de Venustiano Carranza, Adolfo de la Huerta se convirtió en presidente provisional de México y negoció un acuerdo de paz con Pancho Villa, que había resurgido luego de su derrota militar. La formalización del acuerdo decretó el fin de la Revolución mexicana. Álvaro Obregón fue elegido presidente de México en septiembre de 1920.

La presidencia de Álvaro Obregón Salido

Al principio, Álvaro Obregón demostró ser un presidente idóneo. Continuó haciendo acuerdos de paz con aquellos que habían luchado contra él durante la Revolución e instituyó reformas agrarias y educativas. También estrechó lazos políticos con Estados Unidos e hizo grandes esfuerzos para restaurar la destrozada economía de México, incluyendo la reconstrucción de la industria petrolera.

Álvaro Obregón todavía temía a Pancho Villa, a pesar de que estaba recluido en el norte. Villa era el único hombre que aún podía convocar un ejército lo suficientemente grande como para derrotar a las fuerzas federales. Obregón ordenó el asesinato de Villa en 1923.

La paz de la primera parte de la presidencia de Álvaro Obregón se rompió en 1923, cuando Adolfo de la Huerta decidió postularse a la presidencia en 1924. Álvaro Obregón apoyó a Plutarco Elías Calles para el cargo. Las dos facciones se enfrentaron militarmente, y Obregón y Calles aniquilaron a de la Huerta.

Muchos oficiales y líderes políticos fueron ejecutados, incluyendo varios antiguos amigos y aliados de Obregón. De la Huerta se vio obligado a exiliarse. Con la oposición aplastada, Calles ganó fácilmente la presidencia; Álvaro Obregón se retiró una vez más a su granja.

Su vuelta al poder

En 1927 Álvaro Obregón decidió volver a postularse a presidente de México. El Congreso despejó el camino para que lo hiciera legalmente y comenzó a hacer campaña. Aunque los militares todavía lo apoyaban, había perdido el apoyo de la gente común y el de los intelectuales, que lo veían como un monstruo despiadado. La Iglesia católica también se opuso a su postulación, ya que Álvaro Obregón era violentamente anticlerical.

Sus dos oponentes fueron el general Arnulfo Gómez y un viejo amigo personal y camarada de armas, Francisco Serrano. Cuando conspiraron para arrestarlo, ordenó su captura y envió a ambos al pelotón de fusilamiento. Y fue así que los líderes de la nación fueron completamente intimidados por Obregón; muchos pensaron que se había vuelto loco.

En julio de 1928, Álvaro Obregón fue declarado presidente de México por un período de cuatro años. Pero su segunda presidencia iba a ser muy corta. El 17 de julio de 1928, un fanático católico llamado José de León Toral asesinó a Obregón a las afueras de Ciudad de México.

Fuentes

Jürgen Buchenau. The Last Caudillo: Alvaro Obregón and the Mexican Revolution. Wiley-Blackwell, 2011.

Frank McLynn. Villa and Zapata: A History of the Mexican Revolution. Carroll and Graf, 2000.

Sergio Ribeiro Guevara (Ph.D.)
Sergio Ribeiro Guevara (Ph.D.)
(Doctor en Ingeniería) - COLABORADOR. Divulgador científico. Ingeniero físico nuclear.

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