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La polinización es un proceso fundamental en la reproducción de muchas plantas. Consiste en la transferencia del polen desde los estambres de una flor, que son los órganos masculinos que generan el polen, a los estigmas, donde fecundan a las células femeninas para generar frutos y semillas. Esta transferencia, la polinización, se puede realizar de varias formas: pueden ser el viento o la lluvia los que transporten el polen, o pueden ser organismos como aves, murciélagos e insectos. Los principales polinizadores de la naturaleza son las abejas. Y no sólo de la naturaleza: se estima que el 30 % de la producción agrícola, en particular la de frutas y verduras, depende de la polinización que realizan organismos como las abejas.
Pero los polinizadores están en peligro. Los apicultores continúan perdiendo sistemáticamente cantidades significativas de colmenas debido a una enfermedad conocida como trastorno de colapso de las colonias, y los polinizadores naturales también parecen estar en declive.
Pueden ser muchas las causas de la disminución de las poblaciones de abejas: el uso de plaguicidas y la pérdida de su hábitat, por ejemplo, causas con las que se relaciona el aumento de las superficies agrícolas destinadas a monocultivos. También hay prácticas de jardinería y paisajismo que disminuyen las especies arbóreas autóctonas.
Se suele visualizar a las abejas volando sobre macizos de flores pero los árboles también son muy importantes para la vida de estos insectos. Si se quiere ayudar a preservar las poblaciones de estos organismos tan importantes, cuando se planten árboles es posible considerar elegir especies que permitan un mejor desarrollo de las abejas. Se enumeran a continuación diez especies de árboles nativos de Norteamérica que pueden ayudar a promover el crecimiento de las poblaciones de abejas.
Tilo (Tilia)
Los tilos son nativos de las zonas templadas del hemisferio norte pero han sido trasladados a diferentes regiones. Tienen un tamaño considerable, llegando a medir entre 20 y 40 metros de altura. Son de hoja caduca y tienen flores que crecen en pequeños racimos amarillos, con un aroma muy intenso. Las flores se utilizan para elaborar el popular té de tilo, de reconocida propiedad tranquilizante. Por sus características, es común el empleo de tilos para forestar zonas urbanas.
El tilo es el árbol favorito de los apicultores porque su néctar es irresistible para las abejas melíferas. Algunos apicultores incluso caracterizan la miel que producen como piel de tilo. Las abejas y los abejorros, al igual que otros insectos, son habituales visitantes de las flores del tilo.
Magnolia (Magnolia grandiflora)
Es un árbol que puede llegar a medir 30 metros de altura; tiene un denso follaje, hojas perennes y flores de gran tamaño y muy perfumadas, por lo que es muy usado como árbol ornamental. También es muy atractivo para las abejas.
Oxydendrum (Oxydendrum arboreum)
Es un árbol pequeño, que crece hasta unos 10 o 20 metros de altura. Se trata de un árbol de hoja caduca y flores blancas acampanadas, muy usado como árbol ornamental tanto por sus flores como por los hermosos colores de sus hojas en otoño. Sus flores tienen un néctar particular que genera una miel característica, muy apreciada por su particular sabor.
Cerezo (Prunus spp.)
El género Prunus incluye una gran variedad de especies, como los ciruelos, cerezos, durazneros o damascos; todas ellas producen deliciosas frutas y son muy atractivas para las abejas. Son árboles de bajo porte y de hoja caduca.
Ciclamor (Cercis siliquastrum)
El ciclamor es un árbol pequeño, de hoja caduca. Sus flores, muy atractivas para las abejas, nacen de los brotes a lo largo de las pequeñas ramas, de las mayores e incluso desde el tronco. Algunas especies de características similares son el ciclamor de Canadá (Cercis canadensis) y el ciclamor de California (Cercis orbiculata).
Manzano silvestre (Malus spp.)
El género Malus contiene unas 35 especies, incluyendo las diferentes variedades de manzano. Son tanto árboles pequeños como arbustos, todos de hoja caduca. Tienen flores de diferentes colores, todas muy atractivas para los polinizadores naturales.
Falsa acacia (Robinia pseudoacacia)
Junto con la Sophora japonica y la Gledistsia triacanthos, la Robinia pseudoacacia conforma el grupo de tres falsas acacias que se encuentran en calles y parques de las ciudades del mundo. Es un árbol de hoja caduca que que se adapta a condiciones adversas y es considerado una especie invasiva; mide 25 metros de altura, aunque los especímenes muy viejos pueden llegar hasta los 50 metros. Es un árbol que muchas abejas frecuentan ya que les gusta su polen.
Guillomo (Amelanchier spp.)
El guillomo es uno de los primeros árboles en florecer en primavera. Las abejas se deleitan con sus flores blancas y los pájaros con sus semillas. Son árboles de hoja caduca, pequeños, con formas arbustivas y que no superan los 20 metros de alto.
Tulípero (Liriodendron tulipifera)
Las hermosas flores amarillas del tulípero, también llamado árbol de las tulipas, rememoran los tulipanes y le dan su nombre. Crecen rectos y altos ofreciendo sus grandes flores néctar para todo tipo de polinizador.
Tupelo (Nyssa spp.)
Tanto la especie tupelo negro como la tupelo de agua, son árboles muy atractivos para la abejas, que producen una miel de sabor característico: la miel de tupelo. Debido a que el tupelo de agua se desarrolla en lugares pantanosos, algunos apicultores ubican los panales en plataformas flotantes para obtener esta miel especial.
Fuente
María C. Ayuso Yuste, Adolfo F. Muñoz Rodríguez, Juana Labrador Moreno. Polinización de cultivos. Ediciones Mundi-Prensa, 2005.