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Una manera divertida de romper el hielo al iniciar una clase es con algún juego sencillo. Los participantes pueden relajarse antes de iniciar formalmente y así aumenta su nivel de interacción durante el resto de la clase.
Dos verdades y una mentira es un sencillo juego que no necesita materiales y es ideal para grupos de entre 10 a 15 personas. Si hay más personas en la clase se pueden dividir en equipos para que así la actividad de calentamiento no dure más de 15 o 20 minutos.
Cómo jugar dos verdades y una mentira
Sentados en un semicírculo, los participantes deben presentarse por turnos diciendo tres oraciones sobre sí mismos. Dos de estas oraciones deben ser verdades y una debe ser mentira. Las oraciones no tienen que ser revelaciones íntimas, solo simples pasatiempos, gustos, intereses o experiencias pasadas que sean únicas del participante. La mentira puede ser disparatada, o bien puede ser sencilla y parecer una verdad para que sea más difícil descubrirla.
En cada turno, al terminar las declaraciones, el resto del grupo debe intentar descubrir exactamente cuáles son verdades y cuál es la mentira. Se puede llevar la cuenta de aciertos para saber quién adivina la mayor cantidad de mentiras o simplemente jugar para divertirse, conocerse un poco y adquirir confianza.
Consejos para jugar
Para aumentar el nivel de dificultad a la hora de adivinar la mentira, algunos jugadores optan por revelar tres afirmaciones sencillas para evitar revelar mucha información con su lenguaje corporal. Otros prefieren crear un tema recurrente alrededor de sus declaraciones, por ejemplo “Hola, mi nombre es Juan. Solía tener el pelo azul, tengo un automóvil azul y también me gustan los arándanos”.
Algunas personas prefieren disfrazar la mentira bajo una declaración aburrida, y mencionar una verdad algo escandalosa o sorprendente para confundir al resto de los participantes. Es probable que el grupo caiga en la trampa y crea que la declaración sorprendente es la mentira.
Otra opción sería decir dos oraciones increíbles que sean verdades, y una sencilla que sea la mentira. El grupo observará los cambios en tono de voz, los gestos y movimientos corporales y decidirá cuáles considera las verdades y cuál la mentira.
Si en el grupo de participantes hay amistades que pueden conocerse más profundamente, es una buena sugerencia pedirles que no revelen la mentira en un primer momento. Esto permitiría que otras personas participen en el juego y la actividad tenga éxito.
Una vez que el grupo comienza a jugar, la tensión se aliviará y seguramente los participantes se divertirán. Una vez que todos hayan compartido sus declaraciones, el juego se da por terminado y si se ha llevado la cuenta de aciertos se puede entonces declarar algún ganador.
Ejemplos
Una mujer llamada María podría presentarse de la siguiente manera: «Hola, me llamo María. En la escuela secundaria tenía el pelo largo hasta la cintura. Hablé con la actriz y cantante Cher en una cafetería del aeropuerto, y hablo cuatro idiomas». El resto del grupo podría pensar que hablar con Cher es lo más improbable y lo escogerían como la declaración falsa.
El siguiente ejemplo ilustra cómo usar medias verdades para confundir al grupo. En este caso, un niño llamado Javier se presenta: “Hola, mi nombre es Javier. Cuando tenía seis años me caí de la bicicleta y me rompí el brazo. Mi hermana mayor es médico y he aparecido en un programa de televisión”. Tal vez Javier sí se cayó de una bicicleta pero no hubo ninguna fractura; alguna persona que lo conoce puede creer que esta es una de las verdades, ya que haber aparecido en televisión suena más improbable.
Declaraciones de muestra
Si te estás preparando para jugar a dos verdades y una mentira, aquí tienes algunas declaraciones que pueden servirte de inspiración:
- Me encantan las películas de terror.
- Nunca he patinado sobre el hielo.
- No puedo quedarme despierto pasadas las 10 de la noche.
- Le tengo miedo a los pájaros.
- Soy daltónico.
- Me encantan las galletas de chocolate.
- Me encanta resolver ecuaciones matemáticas.
- Me han entrevistado en la televisión.
- Eduqué a mis hijos en casa.
- Me encanta comer tomates y champiñones.
- Estudié tres idiomas pero no puedo hablar ninguno de ellos.
- Toco la guitarra.
- He volado en globo aerostático.
- Nunca he estado en Sevilla.
- Toco la armónica.
- Soy tímido al teléfono.
- Me encanta acampar.
- Conduzco un descapotable.
- Nunca me he roto un hueso.
- Estuve en una película de Hollywood.
- Puedo hacer malabares con siete naranjas.
- Gané un concurso de comer pasteles.
- He conocido a Antonio Banderas.
- Toco en una banda de rock.
- Cultivo la mayor parte de mi propia comida.
- Me encanta comer ostras.
- Soy vegano.
- Duermo solo cuatro horas por noche.
- Gané un concurso nacional de dibujo.
Esperamos que estas ideas sirvan de inspiración y que la próxima ronda de dos verdades y una mentira sea todo un éxito.