Tabla de Contenidos
Existen diversas reglas de comportamiento que nos aseguran mantenernos a salvo de los peligros inherentes a los laboratorios escolares o profesionales. Al seguir estas indicaciones también se asegura la integridad de las pruebas o experimentos que se llevan a cabo. Respetar estas reglas es una manera de mostrar aprecio por la labor científica y también es una manera de cuidar de uno mismo y del otro.
La siguiente lista de reglas de seguridad no pretende ser exhaustiva; algunas recomendaciones son generales, mientras que otras solo aplicarán a ciertos laboratorios con características especiales.
1.- Usar la ropa adecuada en el laboratorio
No se puede entrar en un laboratorio y usar los espacios sin la indumentaria adecuada. Primero, se debe llevar una bata de laboratorio que sirva para proteger la ropa que se lleva debajo. Esta indumentaria también sirve para guardar objetos temporalmente, tales como una libreta de notas o accesorios como los guantes o las gafas de seguridad. Es importante no guardar estos accesorios cuando están sucios o recién usados para un experimento.
En segundo lugar, hay ciertas prendas que son esenciales para la seguridad y no siempre son obvias. Por ejemplo, hay que evitar los zapatos descubiertos como sandalias que expongan parte de los pies, ya que los derrames pueden ser muy peligrosos.
Finalmente, es importante no llevar una bata sucia al laboratorio, ya que los restos orgánicos extraños en la ropa podrían comprometer la higiene general de un experimento.
2.- No comer ni beber dentro del laboratorio
Una de las normas principales es la de no ingerir ningún tipo de alimentos o bebidas en las áreas del laboratorio. No es seguro, tampoco, guardar los alimentos en refrigeradores destinados a material de laboratorio. Tanto las muestras de los experimentos como la comida personal puede acabar contaminada por usar los espacios para ambos fines.
Hay materiales que pueden ser venenosos y la comida podría accidentalmente quedar impregnada con ellos. Esto puede pasar si se coloca la comida en una superficie o si ocurre un derrame accidental o la condensación de algún gas peligroso.
3.- No olfatear ni saborear ninguna parte de su experimento
Otra norma a resaltar es la de no acercar los materiales al rostro para olfatearlos o saborearlos. Algunos compuestos pueden despedir gases extremadamente peligrosos que, en el mejor de los casos, pueden dejar a una persona inconsciente. Existen muchos procedimientos que permiten saber las características de los materiales sin ponerse en riesgo.
4.- Deshacerse adecuadamente de los desechos de laboratorio
Cuando los experimentos han concluido, no hay apuro en irse. Es momento de planificar dónde y cómo se desecharán los residuos de la experiencia. Es una muestra de respeto para otros usuarios del laboratorio deshacerse de los materiales nocivos de la manera adecuada y dejar el laboratorio en orden.
Es importante tener en consideración cómo se desecha cada uno de los sobrantes que se utilizaron. Hay que preguntarse si es seguro descartarlos por el inodoro o el drenaje del suelo. También es oportuno preguntar a una persona más informada si es necesario usar vapor a presión para limpiar ciertas superficies.
5.- Saber la ubicación de todos los implementos
Es importante tener una idea general de dónde está cada cosa en el laboratorio a utilizar. Para eso, si es la primera vez que se utiliza este laboratorio específico, es oportuno un recorrido de reconocimiento.
No solo es importante saber qué se usará frecuentemente; también hace falta saber dónde están los materiales más peligrosos o los objetos delicados, aunque no vayan a tocarse casi nunca.
Además, lo adecuado es probar si los equipos de seguridad funcionan como se espera. Un extintor dañado puede ser catastrófico en caso de incendio. Uno de los equipos de seguridad más importantes en un laboratorio, la ducha de seguridad, siempre debe tener agua corriente y suficiente presión.
Finalmente, es importante que el encargado del laboratorio lo mantenga bien señalizado. No siempre se puede explicar todo y para eso están las etiquetas en los químicos, así como los carteles en estantes y paredes.
6.- Saber cómo actuar ante un accidente de laboratorio
Hay accidentes que podrían convertirse en catástrofes y lo mejor es tener un plan de prevención para cada tipo de accidente. Para esto es esencial una buena comunicación con el encargado.
Una buena comunicación también consiste en la sinceridad. Si el usuario del laboratorio se equivocó y causó algún tipo de daño, como el derrame o daños a algún material o instrumento del laboratorio, no debe ocultarlo: siempre hay que informar oportunamente qué fue lo que pasó. De lo contrario, se podría estar poniendo en peligro a otros usuarios o a los animales utilizados en el laboratorio. La seguridad es lo primero.
7.- Aprender a seguir instrucciones
Como en el laboratorio ocurren situaciones delicadas, hay muchos riesgos. Es esencial tener la atención máxima y seguir las instrucciones del encargado del laboratorio. Suele haber un protocolo establecido, dependiendo del tipo de laboratorio en el que se esté. Hay que seguir los pasos al pie de la letra sin subestimar las instrucciones; a final de cuentas, el encargado conoce este laboratorio mejor que nadie.
8.- Evitar ser el conejillo de indias propio
Ser el propio conejillo de indias de su experimento puede parecer gracioso o atractivo, pero es un argumento que solo queda bien en las películas de ciencia ficción. Hacer esto puede ocasionar serios problemas de seguridad; la salud del científico y de las otras personas en el laboratorio puede estar en alto riesgo. Por ética y respeto hacia el laboratorio, es esencial abstenerse de ser el propio conejillo de indias.
9.- No llevar objetos del laboratorio
Es importante que los materiales que se utilicen, e incluso los animales, se limiten a estar dentro del espacio destinado para ellos en el laboratorio. Cabe recordar que este espacio está diseñado para aislarlos y resistir adecuadamente a los estragos de un accidente que los involucre.
Es esencial abstenerse de sacar materiales del laboratorio. En muchos contextos, el no seguir esta regla puede suponer riesgos innecesarios. Por ejemplo, en un laboratorio quizá no se acumulen tanto los gases de un químico volátil (gracias al extractor de aire), pero una vez afuera puede que estos gases sean más peligrosos.
Se debe tomar en cuenta que algunos materiales deben trasladarse de forma especial al llegar al laboratorio; el científico no debe moverlos por sí mismo si no está calificado para hacerlo o carece de los medios.
Referencias
- Universidad de Granada (s/f). Laboratorio en Química 4.0. Disponible en: https://www.ugr.es/~laboratoriodequimica/5_seguridad.htm
- Acha, C. (s/f). Seguridad en el laboratorio. Departamento de física. Disponible en: http://users.df.uba.ar/acha/Lab5/seguridadgral.htm