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Una sustancia oxidante es aquella que tiene tendencia a reducirse para que otra se oxide. Para comprender el significado de oxidante, debemos tener muy claro en primer lugar a qué se refiere la oxidación y la reducción.
La oxidación se define como el proceso en el que un átomo pierde electrones. Por su parte la reducción es el proceso inverso, ya que los átomos adquieren electrones cuando se produce. Ambos procesos sucede de manera simultánea. Es necesario que un átomo se reduzca para oxidar a otro.
Cómo actúan los oxidantes
Observemos la siguiente ecuación de la formación de óxido de hierro a partir de hierro y oxígeno:
4Fe(s) + 3O2(g) = 2Fe2O3(s)
Si bien en la fórmula no suele reflejarse el número de oxidación, dentro de esta reacción el proceso de oxidación ocurre cuando el átomo de hierro (Fe) tiene un número de oxidación 0 y al finalizar la reacción tiene +3. Por su parte, el átomo de oxígeno empieza igualmente en 0 y termina con -2. Se podría representar de la siguiente manera:
4Fe0(s) + 3O2 0(g) = 2Fe2+3O3-2(s)
Un oxidante elimina uno o más electrones de otro reactivo en una reacción química. El agente oxidante es el receptor de dichos electrones, mientras que el otro agente, el reductor, es el donante.
Ejemplos de oxidantes
El elemento oxidante natural por excelencia es el oxígeno; todo lo que esté en presencia de oxígeno se oxidará, pues es un elemento necesario en la reacción (salvo en contadas excepciones).
Algunos otros oxidantes incluyen:
- Peróxido de hidrógeno.
- Ozono.
- Ácido nítrico.
- Ácido sulfúrico.
- Perborato de sodio.
- Óxido nitroso.
- Nitrato de potasio.
- Bismutato de sodio.
- Hipoclorito y lejía casera.
- Halógenos como el cloro.
- Cl2 y F2.
Oxidantes peligrosos
Los oxidantes fuertes son considerados productos químicos peligrosos y deben ser manipulados con cuidado. Estas sustancias suelen tener una legislación que rige su uso, almacenamiento y transporte, y que incluye un etiquetado específico que indica su peligrosidad. El peróxido de hidrógeno, por ejemplo, es relativamente no tóxico cuando se diluye a bajas concentraciones. Sin embargo, es un irritante primario, y el contacto directo con la piel puede provocar decoloración o ulceración según la concentración y el tiempo de contacto. Su vapor es también peligroso para los ojos y puede llegar a afectar a la respiración.
Referencias
Harris, D. (2007). Análisis químico cuantitativo. Editorial Reverte.
KhanAcademyEspañol. (2015) Agentes oxidantes y reductores. Disponible en https://youtu.be/NwmjHcKRWmo
Morein, N. (2020). Microbiología Médica II : esterilización, diagnóstico de laboratorio y respuesta inmune. Cambridge Stanford Books.