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Una constante es un parámetro cuyo valor no cambia. Si bien una constante se puede medir, su valor no cambia cuando se realiza un experimento o durante el desarrollo de una secuencia experimental. La contraparte de una constante experimental es la variable experimental, que es un parámetro cuya variación es objeto de análisis en el experimento que se realiza o se explica. Básicamente hay dos tipos de constantes experimentales, las constantes reales o constantes físicas y las constantes o variables de control. Veamos las características de cada una de ellas junto a algunos ejemplos.
Constantes físicas
Las constantes físicas, como hemos explicado, son parámetros cuyo valor no cambia. Pueden calcularse, medirse o definirse. Algunos ejemplos de constantes físicas son el número de Avogadro, el número pi, la velocidad de la luz en el vacío, la masa y la carga de las partícuas elementales, la contante de la gravitación universal, la constante de Planck, etcétera.
Constantes de control
Las constantes de control o variables de control son parámetros que un investigador elige mantener constante durante el desarrollo de un experimento. Aunque el valor o el estado de una constante de control no cambie, es importante registrar el valor de ese parámetro, ya que es parte de la caracterización del experimento y es necesario poder recuperar su valor para reproducir el experimento. Algunos ejemplos de constante de control son la temperatura a la que se desarrolla el experimento, si se hace durante el día o de noche, la duración de cada etapa de la secuencia experimental o el pH.