Cómo fabricar una bomba de olor

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Las bombas de olor, también llamadas bombas fétidas o apestosas, son diversión pura. Imagina activar un artefacto completamente inofensivo, sin peligro alguno pero que despide un olor en extremo ofensivo. Nadie podría demandarte por eso. Lo mejor de todo es que puedes hacer una desde cero y con materiales que fácilmente puedes encontrar en casa. Recuerda, no es ilegal y no daña realmente a nadie pero igual lo mejor es que nadie te descubra. Recuerda además ser cuidadoso cuando manejes los materiales de creación de cada bomba de olor.

Aquí tienes varias recetas para obtener una bomba de olor:

La súper bomba de sulfuro y amoníaco

Esta bomba de olor no es tan complicada como suena y, gracias al sulfuro, tiene el olor característico de los huevos podridos.

Necesitarás un recipiente con una tapa hermética (puede ser de 20 oz o 600 ml aproximadamente, son más fáciles de trasladar). También necesitarás una fuente de sulfuro y otra de amoníaco.

Te recomendamos buscar el amoníaco en la sección de productos de limpieza del supermercado (cualquier limpiador que sea en su mayor partea base amoníaco servirá, pero es mejor si se trata de amoníaco puro). Ten cuidado de no derramar tu fuente de amoníaco en tu ropa o piel y, claro, jamás la mezcles con otro limpiador.

Para el sulfuro basta con que uses las cabezas de una caja entera de fósforos. También podrías comprarlo en una droguería o farmacia en su presentación en polvo, pero esta vía suele ser muy costosa y menos segura; úsala solo si el lugar donde usarás la bomba de olor es muy grande y ventilado para que el efecto se note. Recuerda no llevarte las manos a la boca cuando manipules sulfuro o cualquiera de estos dos químicos.

Debes vaciar las cabezas de los fósforos en el contenedor hermético y luego llenarlo con el amoníaco hasta aproximadamente la mitad de su capacidad. Asegúrate de que el envase cierre muy bien y el aire no se le escape.

Debes dejar estos químicos reposar por un mínimo de cuatro días para que reaccionen juntos y tengas un apestoso resultado.

Lo único que tienes que hacer ahora que tu reacción química está completa es abrir el contenedor y tendrás un potente olor a huevos podridos.

Ten cuidado de no derramar los contenidos del envase.

El olor de esta solución se parece mucho al de las las bombas de olor que puedes conseguir en tiendas de artículos de broma. La diferencia es que las que se venden comercialmente suelen ser pequeñas cápsulas de vidrio, similares a las de soluciones inyectables, y traen una solución preparada especialmente con sulfuro de amonio en una cantidad pequeña y con proporciones muy precisas. Esta solución reacciona con la humedad al ser aplastada con el pie o expuesta al aire al romperse e inmediatamente libera una mezcla de sulfuro de hidrógeno (de ahí el olor a huevo podrido) y amoníaco.

La bomba de olor de leche y huevos

Esta bomba la puedes hacer con materiales fáciles de encontrar en casa. Cabe destacar que es la bomba de olor menos poderosa y la que necesita más tiempo; sin embargo, también es probable que puedas hacerla más frecuentemente que las demás.

Para esta bomba apestosa necesitarás un huevo crudo, una cucharada de leche, una cucharada de vinagre blanco y un recipiente desechable.

Primero rompe el huevo en el recipiente desechable. Luego vierte la leche encima del huevo. Agrega una cucharada de vinagre blanco y finalmente tapa el recipiente desechable. Es importante que la tapa funcione bien y que no se le escape aire.

Coloca la mezcla en un lugar soleado, preferiblemente en donde estés seguro de que nadie notará su presencia (puede ser en el borde de un mirador, en un ángulo difícil de ver para cualquiera que pase por ahí).

Al día siguiente ya tendrás listo un olor fuerte y desagradable. Si quieres lograr el máximo de potencial apestoso con esta receta, simplemente déjala reposar por varios días antes de abrirla.

La famosa bomba fétida en un huevo

Finalmente tenemos una de las bombas más fáciles de hacer y para la que solamente necesitarás un huevo y una aguja muy delgada.

Usa la aguja para abrir un hueco muy pero que muy pequeño en el huevo. Luego debes buscar algún recipiente que proteja el huevo pero que a su vez deje entrar el aire. Puedes usar una caja pequeña, siempre que le abras unos huecos.

Se supone que debes dejar el huevo podrirse en el recipiente por al menos una semana. Puede que el huevo se seque, así que intenta probar con varios huevos antes de esa ocasión especial.

Cuando te parezca que el huevo está listo, bastará con romperlo para liberar su poderosa peste. Puedes cubrir el hueco con cinta adhesiva una vez lo quieras lanzar, así corres menos riesgo de derramar el contenido del huevo podrido en tu ropa. Lo práctico del huevo podrido es que puedes lanzarlo fácilmente, además de que puedes preparar grandes cantidades sin muchos problemas.

¡Podrías tener todo un cartón de huevos listo para apestar una gran área con varias víctimas desprevenidas!

Tenga en cuenta que el contenido proporcionado por nuestro sitio web es SOLO PARA FINES EDUCATIVOS. Los fuegos artificiales y los productos químicos que contienen son peligrosos y siempre deben manejarse con cuidado y usarse con sentido común

Referencias

Isabel Matos (M.A.)
Isabel Matos (M.A.)
(Master en en Inglés como lengua extranjera.) - COLABORADORA. Redactora y divulgadora.

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