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El procesamiento descendente es un proceso en el que las percepciones que tenemos se basan en el contexto y el conocimiento previo. Un ejemplo común de procesamiento descendente ocurre después de una experiencia, como quemarse con fuego. En las próximas situaciones, cuando veamos el fuego percibiremos el peligro y tomaremos precauciones para evitar quemarnos de nuevo. Así, nuestra percepción se verá influenciada por el hecho de habernos quemado antes.
Origen del concepto de procesamiento descendente
El concepto de «procesamiento descendente» surgió por primera vez en 1970. Lo desarrolló el psicólogo, neurólogo y profesor británico Richard Langton Gregory (1923-2010), quien se especializó en el estudio de la percepción y las ilusiones ópticas.
Gregory contribuyó enormemente al desarrollo de la psicología cognitiva. Introdujo el concepto de la percepción como hipótesis, dando lugar a la definición del procesamiento descendente. Según él, la percepción se construye confiando en el contexto y nuestro propio conocimiento previo, factores que nos permiten interpretar lo que nos rodea.
Definición
Nuestro cerebro está en constante funcionamiento, analizando toda la información a nuestro alrededor. Todo el tiempo estamos expuestos a innumerables experiencias sensoriales que procesamos de manera casi automática. De ellas obtenemos información vital para nuestra supervivencia y desarrollo.
Incluso sin movernos de nuestra habitación nuestros sentidos captan sonidos, olores, texturas, imágenes, sabores y todo tipo de información de nuestro entorno y las personas y los objetos que están a nuestro alrededor. Esto pone en funcionamiento dos procesos, los cuales se conocen como sensación y percepción.
La sensación y el procesamiento ascendente
Las sensaciones son impresiones que ocurren cuando se estimulan uno o más órganos sensoriales. Por lo tanto, la sensación es la forma en que obtenemos información a través de los sentidos para que nuestro cerebro la pueda procesar. Asimismo, la sensación está relacionada con el procesamiento ascendente, el cual es la percepción de distintas características que se recogen y agrupan formando patrones reconocibles.
El nombre «ascendente» se refiere a la posición física de los sentidos. En el procesamiento de abajo hacia arriba la información se recibe en una región inferior (los sistemas sensoriales) para luego procesarse en una región superior (el cerebro).
La percepción y el procesamiento descendente
La percepción, en cambio, es la manera en que nuestro cerebro le da sentido a la información que obtenemos a través de nuestras sensaciones.
Tanto la sensación como la percepción pueden darse por separado o al mismo tiempo. La percepción se relaciona con el procesamiento descendente, ya que se obtiene un análisis de la información.
El procesamiento descendente nos permite comprender determinada información teniendo en cuenta el contexto en el que aparece, según las experiencias que hayamos tenido y nuestras expectativas sobre esa situación. No se trata solo de las sensaciones.
Por consiguiente, el procesamiento descendente utiliza el contexto o el conocimiento que tenemos sobre algo para entender la información que percibimos. Esto es particularmente útil para analizar y comprender de manera rápida las sensaciones que obtenemos en diferentes entornos.
Además, en el procesamiento descendente participan funciones cognitivas como el pensamiento y la memoria, procesos que nos permiten utilizar información que hemos captado antes. De esta manera evitamos repetir las mismas experiencias y podemos aprender de ellas.
A diferencia del procesamiento ascendente, el procesamiento «descendente» o de «arriba hacia abajo» hace referencia a la posición superior del cerebro con respecto a los sistemas sensoriales ubicados en un nivel inferior.
Cómo funciona y por qué utilizamos el procesamiento descendente
Richard Gregory definió a la percepción como un proceso de prueba de hipótesis. Para ello, se basó en el hecho de que perdemos la mayor parte de la información que captamos a través de la vista en el tiempo que demora en llegar hasta al cerebro.
Por eso, cuando vemos algo nuevo no utilizamos sólo nuestros sentidos para comprenderlo sino nuestro conocimiento existente y nuestras experiencias pasadas. Es decir, se desencadena automáticamente el procesamiento descendente, ayudándonos a formular una hipótesis sobre el significado de la nueva información. Si la hipótesis es correcta, nuestras percepciones cobran sentido y las construimos y asimilamos por medio de nuestros sentidos y del conocimiento que tengamos del mundo.
El procesamiento descendiente es importante en todas las interacciones con nuestro entorno porque nos permite analizar rápidamente toda la información que reciben constantemente nuestros cinco sentidos. De lo contrario, estaríamos abrumados por el causal de información y tardaríamos mucho más en comprender cada estímulo.
El procesamiento descendente también nos permite reconocer patrones útiles para comprender e interactuar en diferentes entornos y adaptarnos a ellos. Además, es una forma de ver el mundo según nuestra propia mirada. Por eso, el análisis de las percepciones según el procesamiento descendente muchas veces es un proceso subjetivo.
Ejemplos de procesamiento descendente
En nuestra vida cotidiana existen numerosos ejemplos de procesamiento descendente. Algunos de los más comunes son:
- La lectura y la identificación de letras. El procesamiento descendente nos permite deducir una palabra a partir de pocas letras. Incluso, podemos comprender una palabra si mantenemos la primera y la última letra, aunque el resto de las letras que la componen estén en otro orden. Mediante el procesamiento descendente también podemos leer un texto cuyas palabras estén borrosas fijándonos en el contexto.
- Si tenemos un dispositivo móvil nuevo, el procesamiento descendente nos permitirá que aplicaremos nuestras experiencias previas con otros dispositivos para aprender a utilizarlo.
- Si miramos una película o serie más de una vez seguramente memorizaremos partes y detalles que captamos a través de nuestros sentidos. Así, podremos recrearla fácilmente en nuestra mente sin necesidad de volverla a ver, sino utilizando el procesamiento descendente.
Bibliografía
- González Labra. Introducción a la psicología del pensamiento. (2013). España. Trotta.
- Fernández-Abascal, E. G.; Martín Díaz, M. D.; Domínguez Sánchez, F. J. Procesos psicológicos. (2001). España. Ediciones Pirámide.
- Smith, E. M. PROCESOS COGNITIVOS: Modelos y bases neuronales. (2008). España. Grupo Anaya.
- Trujillo, C. Procesamiento descendente y ascendente. Prezi. Disponible en https://prezi.com/xbfocny3gpe7/procesamiento-descendente-y-ascendente/.
- Ricardo, R. Procesamiento ascendente en psicología. Estudyando. Disponible en https://estudyando.com/procesamiento-ascendente-en-definicion-y-ejemplos-de-psicologia/.