Los símbolos del dios griego Apolo

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En la mitología griega, Apolo era el hijo de la titánide Leto y del dios Zeus. Su imagen es el ideal de belleza, juventud y energía masculina, por lo que a menudo es personificado desnudo. Debido a sus diversos atributos, su iconografía también es diversa. Habitualmente, es representado portando una lira o citara, armado con arco y flechas, junto al ónfalos, una piedra sagrada, o con el trípode délfico, es decir, un taburete o mesa en el que se hacían ofrendas, conduciendo la carrozar solar o coronado con ramas de laurel.

Significado de cada símbolo de Apolo

Lira

De acuerdo con Homero, el dios Hermes le enseñó a Apolo a tocar la lira a cambio de la iniciación en el arte de la adivinación. Para otros autores, éste inventó la lira o la recibió de Zeus al nacer. Así, Apolo se considera protector de las artes y por eso es presentado amenizando el banquete de los dioses al son de la lira y el coro de musas que lo acompaña. La lira, en Apolo, se relaciona con la primacía de la música, una amalgama de sonido, poesía, danza y gimnasia.

Nicolas Bertin, Apollo et les muses
En esta obra de Nicolas Bertin, «Apollo et les muses», el dios es representado con la lira o citara, debido a que, en la mitología girega, es inspiración de la música y las artes poéticas y director del coro de musas.

Arco y flechas

Apolo es un dios guerrero, famoso por ser implacable con sus castigos. Según la mitología, siendo aún muy joven, fue al taller del dios Hefesto, quien le regaló un arco y una flecha. A partir de ahí, es reconocido por aniquilar a los cíclopes y a otros personajes mitológicos. En La Ilíada, luchó para defender a Troya y se le atribuye la muerte de Aquiles.

Cornelis de Vos, Apolo y la Pitón
En esta obra de Cornelis de Vos, «Apolo y la Pitón», el dios se observa armado con arco y flechas, asociándosele con aquel que produce la muerte; la etimología de su nombre parece vincularlo con el verbo griego «apóllymi», que significa “matar” o “destruir”.

Ónfalos

El ónfalos es una piedra cónica sagrada, en la que se producía la comunicación entre los hombres, el mundo de los muertos y el de los dioses. Al colocar esa piedra en el santuario de Delfos, este se convirtió en el centro religioso de toda Grecia, donde se rendía tributo a Apolo. La tradición sitúa bajo el ónfalos la tumba de Pitón, una serpiente que custodiaba el oráculo de Delfos. Apolo fue a Delfos a tomar el control del sitio oracular y a vengarse, pues Pitón había acosado por un tiempo a su madre.

Ónfalos cerca al Templo de Apolo

Trípode délfico

Esta estructura, un taburete de tres patas, era el lugar en el que se sentaba la profetiza Pitonisa a realizar sus oráculos, o bien un soporte en el que se colocaban las ofrendas en el Templo de Apolo. El trípode fue objeto de discordia entre este dios y el Heracles, quien, colérico por no haber recibido una profecía de Pitonisa, decidió saquear el templo y llevarse el trípode, para lo que tuvo que enfrentarse a Apolo.

Heracles y Apolo se disputan el trípode délfico
La imagen en este jarrón representa la escena en la que Apolo y Heracles se disputan el trípode. Tanto el trípode como el ónfalos simbolizan su actividad como dios del oráculo de Delfos, lugar de culto importante en la mitología griega, al que acudían las personas a consultar a Apolo, quien revelaba profecías a través de la sacerdotisa Pitia, llamada comúnmente «Pitonisa».

Carroza solar

Según la leyenda, Apolo conducía una carroza de la que provenían los rayos solares que penetraban la tierra cada mañana. El vehículo partía desde las ventanas del oriente, donde Aurora, diosa del alba, levantaba la cortina del día. Cada mañana, Apolo atravesaba la bóveda celeste con la carroza, empujada por corceles que arrojaban fuego por la boca.

Jan Boeckhorst, Apolo Febo
La obra de Jan Boeckhorst presenta a Apolo Febo, llamado así porque se le considera una deidad resplandeciente.

Laurel

De acuerdo con el relato, en un alarde de arrogancia, Apolo se rió de Eros, el dios del amor, cuando éste trataba de tensar un arco. En venganza, Eros disparó una flecha dorada a Apolo para que se enamorara de Dafne, una ninfa del bosque. Por su parte, Dafne había sido impactada por otra flecha de Eros, pero que en su caso provocaba desprecio. En consecuencia, Dafne rechazó a Apolo y huyó de él. Durante la persecución, la ninfa le imploró ayuda a su padre, el dios Ladón, quien la transformó en laurel. En Adelante, Apolo portó la corona de laurel como símbolo de victoria y honor. Este símbolo también se utilizó en la época griega para identificar a los vencedores en las competiciones atléticas.

François Bonnemer, Apollon poursuivant Daphnè
En esta obra, «Apolo persiguiendo a Dafne», François Bonnemer escenifica la persecución de Apolo a Dafne y el momento en el que ella empieza a convertirse en una planta de laurel.

Fuentes

Esteban, A. Apolo. Departamento de Filología griega y Lingüística indoeuropea. Universidad Complutense de Madrid: Madrid, España.

Gómez, L. Apuntes iconográficos e iconológicos sobre la presencia del dios Helios y Febo-Apolo en el arte hasta el siglo XVIII. Revista de Claseshistoria, 35: 1-38, 2009.

Rodríguez, M. Iconografía de Apolo y las Musas en el Arte Antiguo y sus pervivencias en el arte occidental. Cuadernos de arte e iconografía, 13(26): 465-488, 2004.

Maria de los Ángeles Gamba (B.S.)
Maria de los Ángeles Gamba (B.S.)
(Licenciada en Ciencias) - AUTORA. Editora y divulgadora científica. Coordinadora editorial (papel y digital).

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