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Uno de los mitos más interesantes de la mitología griega es la historia de las diosas griegas Deméter y Perséfone (Proserpina en la mitología romana). Deméter es la diosa de la fertilidad y la cosecha y el máximo ejemplo del amor de madre. Perséfone, su hija, fue raptada por el dios Hades y se convirtió en la reina del inframundo. De esta manera, madre e hija fueron el símbolo de la fuerza del amor y el renacer después de la muerte.
Quién era Deméter
La diosa Deméter era hija de los titanes griegos Cronos y Rea, y hermana de Zeus, Hades, Hera, Poseidón y Hestia. Deméter estaba entre los dioses olímpicos, es decir, las doce deidades principales del culto griego, cuya morada era el monte Olimpo.
Deméter fue una de las divinidades más antiguas y de mayor importancia debido a que se la consideraba como la diosa madre, protectora de las cosechas, diosa de la agricultura y la fertilidad. De hecho, su nombre deriva de la palabra griega meter, que significa «madre». De ella dependía el crecimiento de las plantas y los cultivos; por lo tanto, los mortales solían venerarla y rendirle culto.
Con Zeus, Deméter tuvo a su hija Perséfone y, por ella, demostró el gran poder del amor materno.
El mito de Deméter y Perséfone
El mito de Deméter y Perséfone se describe en el Himno Homérico a Deméter, una colección de poemas épicos dedicados a varios dioses que data del siglo VII a. C. Aunque fueron atribuidos a Homero, en realidad, se desconoce el autor de esta obra.
El rapto de Perséfone
El mito relata que Perséfone era una hermosa joven que se encontraba paseando y recolectando flores en el campo, en alguna parte de Sicilia o Asia Menor, acompañada por sus amigas, las ninfas. De repente, la tierra tembló y se abrió una grieta, de la cual apareció el tío de Perséfone, Hades, dios del inframundo, montado en su carro de caballos negros. Hades se llevó a Perséfone y la convirtió en su esposa. Supuestamente, Hades se había prendado de su sobrina y le había pedido su mano a Zeus, quien aceptó sin consultarle a Deméter.
La búsqueda de Perséfone
Deméter escuchó el grito de Perséfone pidiendo ayuda y, cuando llegó al lugar, encontró los pétalos de las flores que su hija había juntado. Desesperada, comenzó a buscarla, intentando averiguar su paradero. Durante nueve días no comió ni bebió nada; en su preocupación, abandonó sus deberes divinos, lo cual devino en una gran sequía y hambruna en la Tierra. Los campos se secaron y los cultivos no crecieron.
Uno de esos días se encontró con la diosa Hécate, y esta, que había escuchado a Perséfone, la llevó a hablar con Helios, el dios sol, que veía todo cuanto sucedía en la Tierra. Helios le dijo que Perséfone estaba en el inframundo con Hades. Llena de dolor por la pérdida de su hija y furiosa con Zeus por haberla entregado, se transformó en una anciana y se quedó a vivir en el mundo mortal.
La lucha de Deméter
Mientras vagaba por el mundo buscando a su hija, Deméter encontró a las hijas del rey Celeo y la reina Metaneira, quienes la llevaron a su palacio sin conocer su verdadera identidad. Más tarde, cuando reveló su origen, les ordenó construir un templo en su honor. Allí pasó un año, alejada de los otros dioses.
Los dioses olímpicos, y particularmente Zeus, necesitaban de las ofrendas y la adoración de los humanos; sin embargo, durante la hambruna y la desesperación, los mortales dejaron de lado sus creencias. Zeus, al ver las consecuencias que estaba causando Deméter en el mundo, envió al dios mensajero Hermes para que la convenciera de regresar al monte Olimpo. De esta manera, la tierra volvería a florecer, las semillas germinarían y la humanidad podría sobrevivir.
Sin embargo, Deméter se mantuvo firme. No permitió que crecieran las cosechas y se negó a ir al monte Olimpo hasta recuperar a su hija. Finalmente, Zeus envió a Hermes al inframundo con un mensaje para Hades, ordenándole que liberara a Perséfone.
El regreso de Perséfone
Hades aceptó devolver a Perséfone, pero antes de liberarla, le ofreció semillas de granada para comer, las cuales Perséfone aceptó. Cuando Deméter recuperó a su hija, ambas se abrazaron llenas de felicidad.
Sin embargo, la felicidad no fue total: Hades las había engañado. Al comer las semillas de granada, Perséfone había quedado atada a Hades por un viejo encantamiento: quien consumiera alimentos del inframundo, ahora le pertenecía al dominio de los muertos. Perséfone ahora se debía al reino de los muertos, pero Hades hizo una concesión con Deméter. Desde ese momento, Perséfone pasó la mitad del año en el mundo de los vivos y el resto en el mundo de los muertos, como reina del inframundo.
Finalmente, madre e hija regresaron al Olimpo y se acabaron la sequía y la hambruna: los campos volvieron a ser fértiles, las plantas florecieron y volvió a prosperar la vida en la Tierra. Y Perséfone vivió para siempre entre ambos mundos.
El culto a Deméter
Este mito de Deméter y Perséfone dio origen a un festival llamado los misterios eleusinos. Los misterios eleusinos eran una serie de rituales secretos que se celebraban todos los años, aproximadamente desde el 1600 a. C. al 392 d. C., en Eleusis, Grecia. Este era el lugar donde se había construido el templo dedicado a Deméter y más tarde se convirtió en el sitio principal de veneración a la diosa.
En estos rituales se realizaba una procesión, se ayunaba, se narraba la historia de Deméter y Perséfone, y se celebraba la vida después de la muerte, en conmemoración del viaje que Perséfone hacía al inframundo todos los años. Solo los iniciados en los misterios podían participar del festival. Se cree que durante estos rituales se transferían conocimientos mágicos, por lo que héroes famosos como Heracles los aprovecharon para poder ir al inframundo y salir ilesos.
Este mito demostró el lazo inquebrantable entre una madre y su hija y también sirvió para explicar el paso de las estaciones. Cuando Deméter se encontraba con su hija, la tierra florecía y se realizaban las cosechas. Esto marcaba la primavera y el verano. En cambio, cuando Perséfone iba al inframundo, las plantas perdían sus hojas y la tierra se volvía estéril, marcando así el otoño y el invierno. También es importante destacar que, en Grecia antigua, las frases «casarse con Hades» o «ir con Hades» significaban la muerte de la persona.
Otros mitos relacionados
La historia de Deméter y Perséfone aparece también en otras leyendas griegas, por ejemplo, en los mitos de Heracles y Teseo. En una de las doce hazañas de Heracles tuvo que bajar al inframundo para capturar a Cerbero, el perro de tres cabezas de Hades; allí encontró a Teseo. Teseo y su amigo Pirítoo habían decidido raptar a Helena y Perséfone, por ser hijas de Zeus, y casarse con ellas; sin embargo cuando fueron a buscar a Perséfone al inframundo, Hades los atrapó. Si bien Heracles pudo salvar a Teseo, no logró liberar a Perséfone ni a Pirítoo.
Fuentes
- Morales, F. Mitología Griega: Los Mitos Griegos desde el Origen del Universo hasta los Dioses y Héroes más Fascinantes. (2022). España. Flavio Morales.
- Anónimo. (2012, 22 de octubre). Himno Homérico a Deméter. Cuentos mágicos. Disponible aquí.
- López, L. M. (2013, 19 de mayo). Deméter, diosa de la agricultura. Disponible aquí.
- Joshua, M. (2012, 18 de enero). Los misterios eleusinos: Los ritos de Deméter. Disponible aquí.